El censo a las viviendas dañadas en México por el terremoto reveló en las últimas horas que hay más casas afectadas, mientras que el número de muertos se mantiene en 98 y fluye la ayuda a los damnificados, aunque esta sea insuficiente para muchos municipios.
En las últimas horas, el censo en el suroriental estado de Chiapas aumentó de 40.000 a 50.582 el número viviendas dañadas, mientras que el número de damnificados se mantiene en 1,5 millones, informó hoy Raúl Meléndez Mesa, jefe del departamento de Monitoreo de Riesgos de Protección Civil.
De estas, cerca de un tercio de las casas deberán ser derruidas tras el sismo de magnitud 8,2 en la escala de Richter que sacudió el centro y sur del país el 7 de septiembre.
Hay 2.500 comunidades afectadas, pertenecientes a 81 municipios, y se cuantifican 50 escuelas dañadas en su totalidad y un millar que tienen algún tipo de daño en su infraestructura, así como 96 centros médicos, 115 edificios públicos y 250 iglesias.
Hasta que no se haya garantizado la seguridad de los alumnos no regresarán a clases, insistieron hoy las autoridades.
En este estado, uno de los más pobres del país, la cifra de víctimas mortales se mantiene en 16, y hay una treintena de lesionados.
En el sureño estado de Oaxaca, donde el movimiento telúrico ha causado 78 víctimas mortales y severos daños en infraestructuras, se calcula que hay al menos 12.000 viviendas afectadas, y unos 800.000 damnificados.
Si bien ya se reanudaron las clases en buena parte de los planteles educativos, alrededor de 100.000 alumnos siguen sin ir a la escuela.
En la localidad más castigada, Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec, brigadas de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu), en coordinación con Protección Civil del municipio, realizan el censo para determinar el estado de las viviendas.
Hasta el momento, "se han localizado 500 viviendas dañadas, en las que analizan todo detalle", dijo a Efe el titular de Protección Civil de Juchitán, José Antonio Marín.
En total, serán 2.000 brigadas en los 41 municipios afectados que reúnen 1.900 comunidades, según Sedatu.
No obstante, siguen las quejas por falta de ayuda oficial en poblaciones afectadas, especialmente aquellas alejadas de Juchitán o fuera del Istmo.
Se hace indispensable el envío de despensas con agua, alimentos e insumos básicos como colchones, ropa o tiendas de campaña, pues mucha gente perdió su casa o teme entrar en sus domicilios por miedo a que una réplica -y van más de 1.600- termine por derruirlos.
Con la gente viviendo fuera de sus casas, se ha reforzado la vigilancia para evitar saqueos y los municipios piden más soporte.
"No hay agua, y no hay víveres, porque la ayuda que hemos tenido no ha sido suficiente. Ha faltado más apoyo, aunque está llegando", explicó hoy a Efe Gloria Sánchez, alcaldesa de Juchitán por la coalición Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN).
En este municipio, que ha registrado 36 fallecidos -según la cifra ajustada hoy por la alcaldesa-, centenares de personas duermen en la calle, y hay unas 7.000 viviendas afectadas, además de escuelas, hospitales y otros edificios públicos.
El municipio, de unos 100.000 habitantes, no tiene "recursos para enfrentar este problema". "Definitivamente, dependemos del estado (de Oaxaca) y de la federación", agregó.
Sánchez lamentó que no hay una "estrecha coordinación" entre los órdenes de gobierno.
Por último, remarcó que se necesita "apoyo extraordinario" y por ello pidió que se declare el municipio "zona de desastre" y reciban recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
En un acto oficial en la Ciudad de México, el presidente Enrique Peña Nieto aseveró que el Ejecutivo ya tiene una "hoja de ruta con objetivos precisos" para la recuperación de los estados más impactados por el terremoto más poderoso desde 1932.
Son tres etapas, en una primera se buscará salvaguardar la vida, salud y bienestar de los damnificados. En la segunda, determinar el saldo oficial de daños y, por último, buscar "el retorno a la normalidad" con la construcción de viviendas, escuelas y hospitales.
Una tarea complicada y de recursos limitados, pues el titular de Hacienda, José Antonio Meade, aclaró en una reciente entrevista que hay recursos propios para hospitales, escuelas y carreteras, pero reconstruir las casas será "un reto".
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