CHIHUAHUA, Chih.- De acuerdo al diagnóstico En la Sierra Tarahumara, elaborado por Consultoría Técnica Comunitaria AC Contec, el crimen organizado se apoderó de comunidades y pueblos enteros de esa región, donde aumentaron los casos de homicidios dolosos, desplazamiento forzado, secuestros, desaparición forzada y otros delitos comunes.
Lo anterior, refiere el estudio, ha fragmentado el tejido social, y hoy en día una nueva dinámica social, económica y política marca la vida cotidiana de los pobladores de la sierra y quienes la visitan.
La investigación incluye información de 20 municipios serranos: Balleza, Batopilas, Bocoyna, Carichí, Chínipas, Gómez Farías, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Guazapares, Guerrero, Madera, Maguarichi, Matachí, Morelos, Moris, Nonoava, Ocampo, Temósachi, Urique, Uruachi.
La población en estos municipios suma 289 mil 888 habitantes, lo que representa el 8.5% del total del estado, la población no indígena es de 185 mil 525 y la perteneciente a los pueblos originarios es de 104 mil 363.
Los municipios en que han repuntado los homicidios durante los últimos cuatro años son Guadalupe y Calvo con 667; Guachochi con 466; Bocoyna con 209; Urique con 195; Guerrero con 147; Batopilas con 119; Balleza con 114 y Morelos con 87.
Por otra parte se establece que la ubicación geográfica está formada por una serie de cerros y montañas que hacen de difícil acceso a la región. También comparten rasgos culturales y socioeconómicos. Además que son los municipios considerados focos rojos en la polarización del fenómeno del narcotráfico y la violencia criminal.
El estudio refiere que a partir del año 2006 se agudizó el problema de la inseguridad en todo el país con la implementación de la política de seguridad nacional, emprendida por Felipe Calderón y continuada por el actual gobierno de Enrique Peña Nieto, nos resulta alarmante el número de víctimas y muertes que ha dejado la llamada “guerra contra el narco”.
En los diferentes estados de la República Mexicana no existen zonas donde la delincuencia organizada no haya permeado, puede hablarse de entidades donde la violencia criminal fue mayor y las zonas rurales, no están exentas de la presencia y asentamiento de grupos criminales y de hechos violentos de alto impacto.