El 40 por ciento de las niñas son vendidas en matrimonio en el municipio de Metlatónoc de la región de La Montaña de Guerrero, ciudad que es considerada como el cuarto municipio más pobre de México, de acuerdo con las estadísticas de la organización “Yo quiero Yo Puedo”.
El promedio de edad de las mujeres vendidas en esta zona es de 15 años, esto a pesar de ser ilegal en México, sin embargo, forma parte de los usos y costumbres del municipio, por lo que esta problemática afecta, más que nada, a las comunidades indígenas y pobres del país.
En algunos de los estados donde se infringe la ley con la venta de niñas es en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, donde las mujeres sufren altos niveles de violencia emocional, económica, física y sexual.
Otra consecuencia es que aumentan las posibilidades de embarazos de menores de 16 años, en muchos casos no deseados, así como la mortandad materno-infantil.
Una de las problemáticas es la falta de desarrollo de habilidades para la vida, como lo es la comunicación, empatía, negociación, que permitan a las mujeres tener la capacidad de tomar decisiones.
Además, está la barrera contextual, como es la costumbre local que indica que el valor de una mujer depende de su valor para el matrimonio y existe una presión comunitaria para aceptar esta realidad.
Asimismo, las barreras psicológicas como el miedo, culpa, pena, prejuicios; la falta de conocimiento sobre salud reproductiva y derechos.
Lo anterior, provoca la fragmentación comunitaria, es decir, que miembros emigran a las ciudades para buscar mejores oportunidades, limitando la capacidad de activismo comunitario.
En información proporcionada por la organización, se indicó que, en 2015, 2016 y 2017, llevaron a cabo un programa de Desarrollo Integral Comunitario en 66 comunidades de Metlatónoc, con PROSPERA.
En dicho programa trabajaron para empoderar a la comunidad y solucionar problemas detectados, uno de éstos, fue que las personas, sus familias y comunidades adquirieran un mayor control sobre las decisiones que afectaban su salud y pudieran prevenir enfermedades.
Además de adquirir mayor control sobre las decisiones que afectan sus relaciones y puedan prevenir la violencia de género.