Comerciantes del Zócalo en Acapulco se quejaron de la falta de vigilancia por parte de las corporaciones policiacas y lamentaron los hechos de violencia, como la balacera de este domingo que dejó como saldo un hombre muerto y dos heridos, entre ellos una mujer.
Los locatarios, así como comerciantes de puestos semi fijos, que omitieron sus nombres por temor a represalias, denunciaron que, no hay vigilancia, ni seguridad en esta zona del Centro, a pesar que es concurrida por familias y estudiantes en diferentes horarios, y que se encuentra a la altura de la “blindada” avenida Costera.
Se quejaron que, en pleno Zócalo, donde se ubica una escuela de computación e inglés, locales de comida corrida, restaurantes, hoteles, tiendas de ropa y accesorios, casas de empeño, oficinas del Ayuntamiento como el Instituto Municipal de La Mujer, y puestos de comercios ambulantes, no hay resguardo ni recorridos de seguridad, por parte de ninguna corporación policiaca.
En un recorrido por el Zócalo ayer al medio día, un día después de la balacera, se constató que no hay vigilancia por parte de ninguna corporación policial, como Federal, Estatal, Municipal y de la Policía Turística, a pesar que, en esa zona se encuentra un módulo de Policía Municipal, la cual es muy concurrida por estudiantes, familias y personas que transitan por el lugar y calles aledañas donde se ubican escuelas primarias.
Ayer, se observó que algunas personas caminando por el zócalo, así como comercios semi fijos, y locales comerciales, abrieron y ofertaron sus productos; otros puestos ambulantes se encontraban cerrados debido a que sólo abren por las tardes, en horario donde es más concurrida esa zona y principalmente visitada en fines de semana.
Los comerciantes consultados, insistieron, que solamente en ciertos horarios, patrullas de la Policía Federal y Policías Viales colocan sus unidades frente al Zócalo, para realizar presuntos operativos, de revisión de vehículos e infracciones, pero no realizan recorridos a pie en la zona.
El domingo, se suscitó una balacera en pleno Centro, que dejó como saldo un trabajador muerto y dos personas más heridas, una de ellas mujer, a unos 30 metros de la concurrida Catedral y la blindada avenida Costera, ante la mirada de pánico y temor de los visitantes y turistas que se encontraban en el lugar con sus familias.