Manifestantes palestinos arrojaron piedras y la policía israelí disparó granadas aturdidoras y balas de goma en enfrentamientos frente a la mezquita de al-Aqsa en Jerusalén el lunes, cuando Israel conmemoraba el aniversario de su captura de partes de la ciudad en la guerra árabe-israelí de 1967.
La Sociedad Palestina de la Media Luna Roja dijo que más de 275 palestinos resultaron heridos en la violencia y que al menos 205 de ellos fueron trasladados a hospitales. Algunos se encontraban en estado crítico, mientras que la policía dijo que 12 agentes resultaron heridos.
Al-Aqsa, el tercer sitio más sagrado del Islam, ha sido un punto focal de violencia en Jerusalén durante el mes sagrado musulmán del Ramadán. Los enfrentamientos han suscitado preocupación internacional.
Las tensiones fueron particularmente altas cuando Israel conmemoró el "Día de Jerusalén", su celebración anual de la toma de Jerusalén Oriental y la Ciudad Vieja amurallada que alberga lugares sagrados musulmanes, judíos y cristianos.
En un intento por aliviar la situación, la policía israelí dijo que prohibió que grupos judíos realicen visitas del "Día de Jerusalén" a la plaza sagrada que alberga al-Aqsa, y que los judíos veneran como el sitio donde estaban ubicados los templos judíos bíblicos.
La policía también estudiaba la posibilidad de redireccionar una procesión tradicional del "Día de Jerusalén" en la que miles de jóvenes judíos con banderas israelíes caminan por la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja y el Barrio Musulmán.
En declaraciones públicas, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que Israel está decidido a defender la ley y el orden en Jerusalén, al tiempo que preserva "la libertad de culto y la tolerancia para todos".
Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino Mahmoud Abbas, acusó a las "fuerzas de ocupación israelíes" de realizar una "incursión brutal" en al-Aqsa.