El Papa Francisco besó el número tatuado en el brazo de una sobreviviente de los experimentos médicos en el campo de concentración nazi de Auschwitz cuando se la presentaron el miércoles.
El Papa escuchó atentamente mientras un sacerdote polaco que acompañaba a Lidia Maksymowicz, de 80 años, le contaba su historia.
Entonces ella se levantó la manga izquierda para mostrarle el número: 70072. Él lo besó y ella lo abrazó.
Maksymowicz y su familia fueron llevados de su casa en Bielorrusia al campo de exterminio nazi en la Polonia ocupada por los alemanes en diciembre de 1943, poco antes de su tercer cumpleaños.
La metieron en un barracón para niños, donde ella y otros fueron objeto de experimentos médicos por parte del doctor Josef Mengele, según un documental sobre su vida.
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Tras la liberación del campo en 1945, los soldados rusos dieron por muerta a su madre Anna, tatuada con el número 70071. Fue adoptada y criada por una familia católica polaca.
Nacida con el nombre de Ludmila Boczarowa, no sabía que su madre biológica había sobrevivido y se reunieron brevemente poco antes de la muerte de su madre a principios de la década de 1960.
Maksymowicz, que vive en Cracovia, Polonia, es objeto de un documental titulado "70072: La chica que no podía odiar. La verdadera historia de Lidia Maksymowicz".
Suele reunirse con jóvenes en las escuelas para hablar de los peligros del extremismo y el populismo.
Los nazis y sus aliados asesinaron a unos 6 millones de judíos, además de otras personas, en la Europa ocupada por Alemania.
Más de un millón de personas, la mayoría judíos, fueron asesinados en Auschwitz. La gran mayoría murió gaseada.
Francisco, que celebraba una audiencia general en el Patio de San Dámaso del Vaticano, visitó Auschwitz en 2016.