El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, celebraron hoy un encuentro bilateral durante la cumbre de la OTAN de Bruselas en el que acordaron evitar que vuelva a aumentar la tensión entre sus países a pesar de las diferencias que aún los separan.
Según fuentes gubernamentales griegas, los mandatarios “rompieron el hielo” con una conversación de casi una hora, donde el ambiente fue positivo, y ambos se mostraron de acuerdo en la necesidad de dejar atrás la tensión que caracterizó 2020, especialmente durante el verano cuando se temió que pudiera llegarse a un conflicto armado.
Erdogan y Mitsotakis hablaron de la gestión de la migración, y las fuentes griegas resaltaron que Atenas está dispuesta a trabajar con Ankara en este aspecto siempre que no se repitan desafíos como el de marzo del año pasado, cuando miles de migrantes intentaron cruzar a la Unión Europea (UE) después de que Turquía abriera su frontera terrestre con el norte de Grecia.
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Según aseguraron, Mitsotakis pidió a Erdogan que, como gesto de buena voluntad, acepte la devolución de 1,450 migrantes cuya demanda de asilo ha sido rechazada en Grecia, donde llegaron tras pasar por Turquía, tal como está establecido en la declaración conjunta UE-Turquía sobre migración firmada en 2016.
Dichas fuentes helenas destacaron que, aunque hay desavenencias importantes entre ambos líderes, "especialmente sobre la delimitación de zonas marítimas en el Egeo y el Mediterráneo oriental", estas deben resolverse en el marco de la legislación internacional y a través de contactos exploratorios, consultas políticas y otras medidas de construcción de confianza bilateral.
Además, los líderes reafirmaron su intención de promover 25 puntos de cooperación económica acordados por sus viceministros de Exteriores y destacaron que "la mejora de las relaciones bilaterales se hace paso a paso y hoy se ha dado un paso en la buena dirección".
La de hoy fue la primera reunión entre los líderes desde que hace más de un año comenzó a incrementarse la tensión entre sus países a raíz de la gestión migratoria y, especialmente, después de que Turquía comenzase a explorar zonas del Mediterráneo que ambos países consideran de su jurisdicción en busca de gas y petróleo.
En ella estuvieron acompañados tan sólo por Ibrahim Kalin, portavoz de la presidencia turca, y Eleni Suraní, directora del gabinete diplomático del primer ministro heleno, aunque se preveía que sólo estuvieran presentes los traductores.
Este encuentro se considera un paso importante para la normalización de sus relaciones, pues se espera que la confianza entre ambos dirigentes aumente y se abra un canal de comunicación personal, algo que no se consiguió en las dos reuniones que ya mantuvieron en septiembre de 2019 y diciembre del mismo año, esta última poco después de que Turquía firmase un acuerdo marítimo con Libia que levantó ampollas en Atenas.
Aunque en los últimos meses Grecia ha dejado claro que el único tema que está dispuesta a tratar con Turquía es la delimitación de sus zonas económicas exclusivas, Mitsotakis ha destacado recientemente que los países vecinos también tienen un gran potencial para cooperar en materia económica y en la lucha contra el cambio climático.