TOKIO.- Las autoridades japonesas decidieron este martes extender hasta mediados de agosto el estado de emergencia por Covid-19 vigente en Tokio y alrededores y ampliarlo a más zonas, cuando resta una semana para el arranque de los Juegos Paralímpicos.
Las infecciones están aumentando "a un ritmo sin precedentes (...) y la razón es la variante Delta", dijo el primer ministro japonés, Yoshide Suga, en una rueda de prensa en la que explicó los motivos de la extensión de la alerta sanitaria.
Este aumento está causando estragos en la disponibilidad hospitalaria y el número de personas que se están recuperando en casa u hoteles está aumentado, con el consiguiente riesgo de que empeore su salud con un resultado fatal, como informan desde hace días los medios locales.
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"Incluso con este ritmo de propagación rápido las personas deben poder recibir atención médica. (...) Debemos asegurar el sistema médico y debemos apresurarnos", dijo Suga sobre el motivo principal por el que se ha optado por ampliar el estado de emergencia.
Estrategia en tres pilares
El primero es el fortalecimiento del sistema sanitario, que en las zonas más afectadas, como Tokio, está al límite. Hay muy pocas camas libres para pacientes de covid dada la estructura en el país, con muchas clínicas pequeñas y privadas que son reticentes a aceptarlos, y un importante déficit de personal sanitario.
Suga pidió aumentar los diagnóstico por teléfono y las visitas a domicilios para evitar casos dramáticos. El primer ministro nipón también abogó por el uso de un tratamiento con anticuerpos que ya está siendo distribuido a hospitales y hoteles de recuperación.
En segundo lugar, buscarán reducir en un 50% los desplazamientos de la gente a través la promoción del teletrabajo y pidiendo la colaboración de centros comerciales y grandes superficies para que controlen el número de visitantes.
El tercer pilar es la vacunación. En torno al 38% de la población japonesa ha recibido la pauta completa, un porcentaje que Suga espera que ronde el 50% a finales de mes y el 80% en octubre.
Desde que la campaña comenzó a mediados de febrero, "hemos sido capaces de prevenir síntomas graves y las muertes han bajado a un nivel extremadamente bajo", dijo Suga, que pidió paciencia a los nipones ante "la lucha larga contra el coronavirus".
Estaba previsto que el estado de emergencia, el cuarto declarado en Japón, en julio, y que actualmente cubre a Tokio, las colindantes de Chiba, Saitama y Kanagawa, y a Osaka (oeste) y Okinawa (sudoeste), finalizara el 31 de agosto.
A ellas se sumarán el día 20 las prefecturas de Ibaraki, Tochigi y Gunma, circundantes al área metropolitana capitalina; y las de Shizuoka (centro), Kioto, Hyogo (oeste) y Fukuoka (sudoeste), elevando a 13 el número de provincias cubiertas por la alerta.
El estado de emergencia en Japón no conlleva un confinamiento. Las medidas se centran en la reducción del horario comercial de restaurantes, bares o karaokes, a los que además se les pide que no sirvan bebidas alcohólicas para evitar reuniones prolongadas y despreocupadas que los expertos consideran un factor de riesgo.
Las medidas son de carácter voluntario y varían en función de las autoridades locales, que también han pedido reducir desplazamientos y salidas no imprescindibles de una población cada vez más cansada y menos cumplidora por la persistencia de la pandemia.
En este sentido, Suga pidió limitar los encuentros sociales, reducir las visitas al supermercado o no viajar, ante el aumento de infecciones en personas de entre 20 y 50 años, que suponen el 80% del total y que en muchos casos todavía no han tenido acceso a la vacuna.