El Gobierno italiano aprobó hoy un decreto con el que desde el próximo 1 de agosto se prohibirá el paso de cruceros y barcos de grandes dimensiones frente a la ciudad de Venecia, con el objetivo de proteger la urbe.
Asimismo declaró "monumento nacional", es decir espacio protegido, el canal que pasa por delante de la monumental plaza de San Marcos y el de la Giudecca, por donde antes navegaban estas embarcaciones, lo que indignaba a los vecinos y organizaciones ambientalistas.
En concreto la prohibición de navegación afecta a los barcos de más de 25,000 toneladas brutas, superiores a los 180 metros de eslora, más de 35 metros de altura y que produzcan más de un 0.1 % de azufre en sus emisiones.
El ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini, explicó que la medida era "impostergable" ante la próxima sesión del comité del Patrimonio de la UNESCO, que estudiará el estado de conservación de la Ciudad de los Canales, a la que llegó a amenazar con sacar de su lista.
El Parlamento italiano aprobó el pasado mayo una ley para sacar a los grandes cruceros de la laguna veneciana y ahora el Gobierno del primer ministro, Mario Draghi, pone una fecha concreta, establece los requisitos para poder navegar en ella e indica nuevos puntos de atraque.
En este sentido ordena la realización de "al menos cuatro" puntos donde desembarcar en Puerto Marghera, tierra firme, lo que supondrá una inversión de 157 millones de euros, explicó el ministro de Infraestructuras y Movilidad Sostenible, Enrico Giovannini.
Esto será mientras se falla una licitación contemplada en la ley aprobada en mayo en busca de ideas que permitan construir un puerto para estas naves fuera de la laguna en la que se encuentra Venecia, separada del mar Adriático por una estrecha manga de tierra.
Hasta el momento estos buques, turísticos o comerciales, navegaban frente a la plaza de San Marcos para recorrer el Canal de la Giudecca con dirección a la Estación Marítima, el puerto en el que atracaban, en el extremo oeste de la isla.
La UNESCO solicitó ya en 2012 al Gobierno italiano que buscara alternativas al tráfico marítimo en la zona de la laguna de Venecia para acabar con el paso de grandes barcos, que ha sido una de las condiciones que posteriormente ha impuesto para evitar que Venecia sea eliminada de la lista de ciudades patrimonio de la Humanidad.