/ domingo 3 de abril de 2022

Costa Rica vota entre cambio o continuidad de sistema presidencial

La jornada electoral transcurre con normalidad pero baja afluencia de votantes

Los costarricenses votarán este domingo para escoger al sucesor del presidente Carlos Alvarado y, según las últimas encuestas, estaban aún dubitativos entre arriesgarse por un cambio de modelo o preservarlo pese a que profundizó sus falencias con la pandemia del coronavirus.

En la campaña, Rodrigo Chaves, fugaz ministro de Hacienda y exfuncionario del Banco Mundial (BM), adoptó un estilo combativo y adelantó que podría usar referéndums para eludir al Congreso, ganando simpatías en casa y comparaciones afuera con otros líderes populistas como el expresidente de Estados Unidos Donald Trump o el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro.

Su rival, el exgobernante centrista José María Figueres, promete cambios desde adentro de una de las democracias más estables y longevas de América. Sin embargo, enfrenta una fuerte resistencia del electorado por señalamientos de presunta corrupción. Read full story

Chaves, de 60 años, lidera la intención de voto con un 41% de las preferencias. Figueres, de 67 años, obtiene el 38%, según un sondeo de la estatal Universidad de Costa Rica publicado el martes. El margen, que se ha venido acortando, indica un empate técnico que sólo podrá ser zanjado por los indecisos, que se sitúan en un 18% de los posibles sufragantes.

La jornada electoral, que transcurría con normalidad pero baja afluencia de votantes, terminará a las 18:00 horas local. Los primeros resultados se esperan a partir de las 20:00 hora local desde la sede del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

"Si la gente sale a votar esto va a ser una barrida, un tsunami", dijo Chaves tras ejercer su voto. "La gente piensa que el progreso está de este lado, el retroceso, el despilfarro y el desperdicio y la corrupción están del otro", agregó.

Chaves propone atacar la corrupción mediante un plan que retribuiría con dinero a quienes denuncien estos actos y que penalizaría a quienes no lo hagan, así como un paquete de decretos ejecutivos para abaratar servicios y bienes básicos.

Por su parte, Figueres, cuyo padre fue presidente de Costa Rica durante tres periodos no consecutivos, propone bajar el desempleo y hacer crecer el Producto Interno Bruto (PIB) mediante el impulso de economías verdes, así como prohibir la exploración de hidrocarburos.

En seguridad, plantea la extradición de costarricenses en casos de narcotráfico y la posibilidad de que el Estado pueda confiscar bienes que sospeche provienen del crimen organizado.

"Acudamos a votar con alegría, respetando las preferencias de cada quien, pero reforzando nuestro sistema democrático", sostuvo Figueres, quien gobernó el país entre 1994 y 1998.

HARTAZGO

Unos 3.5 millones de costarricenses están habilitados para votar, pero se esperaba que la participación fuera aún menor que el 60% de la primera vuelta de febrero -una de las cifras más bajas en años- debido al escaso entusiasmo que despertaban los candidatos.

"Vine porque es obligatorio (votar), pero estoy un poco temeroso por lo que va a pasar con el país", opinó Diego Ortiz, un asistente de enfermería de 32 años, al salir de emitir su voto en una escuela de León XIII, un distrito pobre ubicado al norte de San José.

"Para mí, ninguno de los dos son buenos candidatos", agregó.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Costa Rica ha tenido un crecimiento sostenido de su PIB y altos indicadores de desarrollo humano y social, como cobertura universal de salud y uno de los mejores sistemas educativos del continente.

Pero desde 2000 su economía empezó a mostrar grietas que se agravaron con la pandemia: una persistente pobreza aqueja al 23% de los 5.1 millones de habitantes, la creciente disparidad de ingresos lo convierte en uno de los países más desiguales del mundo y el desempleo alcanza a casi al 15% de su población.

Ello, en medio de un elevado y descontrolado crecimiento del Estado que ha agravado el déficit fiscal y engrosado la deuda pública, la mayor de Centroamérica.

Sin embargo, ninguno de los dos candidatos ha abordado los temas de fondo que golpean al país, por lo que la mayoría de los costarricenses llamados a votar reprueba ambas opciones para liderar el país entre 2022 y 2026, de acuerdo a un sondeo de la Universidad de Costa Rica. Read full story

El hartazgo se tradujo en la primera vuelta de febrero en la conformación de un Congreso altamente fragmentado, algo que le complicaría al nuevo mandatario implementar su agenda y cumplir con reformas convenidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a un crédito de 1,780 millones de dólares. Read full story

"Chaves conserva una ventaja debido principalmente a las tasas de rechazo relativamente más altas de Figueres y el peso que los votantes le dan a sus acusaciones de corrupción en relación con el bagaje relacionado con el acoso sexual de Chaves", sostuvo la consultora Eurasia.

Sobre Chaves pesan señalamientos de acoso sexual durante su paso por el BM, que él ha negado. Figueres, por su parte, es cuestionado por el cobro de 2,7 millones de dólares en asesorías a Alcatel en 1999, un caso que no llegó a tribunales, pero que lo obligó a renunciar al Foro Económico Mundial en 2004.

"El alto nivel de votantes indecisos y las preferencias electorales muy fluidas significan que Figueres aún podría obtener una victoria", agregó Eurasia.

Los costarricenses votarán este domingo para escoger al sucesor del presidente Carlos Alvarado y, según las últimas encuestas, estaban aún dubitativos entre arriesgarse por un cambio de modelo o preservarlo pese a que profundizó sus falencias con la pandemia del coronavirus.

En la campaña, Rodrigo Chaves, fugaz ministro de Hacienda y exfuncionario del Banco Mundial (BM), adoptó un estilo combativo y adelantó que podría usar referéndums para eludir al Congreso, ganando simpatías en casa y comparaciones afuera con otros líderes populistas como el expresidente de Estados Unidos Donald Trump o el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro.

Su rival, el exgobernante centrista José María Figueres, promete cambios desde adentro de una de las democracias más estables y longevas de América. Sin embargo, enfrenta una fuerte resistencia del electorado por señalamientos de presunta corrupción. Read full story

Chaves, de 60 años, lidera la intención de voto con un 41% de las preferencias. Figueres, de 67 años, obtiene el 38%, según un sondeo de la estatal Universidad de Costa Rica publicado el martes. El margen, que se ha venido acortando, indica un empate técnico que sólo podrá ser zanjado por los indecisos, que se sitúan en un 18% de los posibles sufragantes.

La jornada electoral, que transcurría con normalidad pero baja afluencia de votantes, terminará a las 18:00 horas local. Los primeros resultados se esperan a partir de las 20:00 hora local desde la sede del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

"Si la gente sale a votar esto va a ser una barrida, un tsunami", dijo Chaves tras ejercer su voto. "La gente piensa que el progreso está de este lado, el retroceso, el despilfarro y el desperdicio y la corrupción están del otro", agregó.

Chaves propone atacar la corrupción mediante un plan que retribuiría con dinero a quienes denuncien estos actos y que penalizaría a quienes no lo hagan, así como un paquete de decretos ejecutivos para abaratar servicios y bienes básicos.

Por su parte, Figueres, cuyo padre fue presidente de Costa Rica durante tres periodos no consecutivos, propone bajar el desempleo y hacer crecer el Producto Interno Bruto (PIB) mediante el impulso de economías verdes, así como prohibir la exploración de hidrocarburos.

En seguridad, plantea la extradición de costarricenses en casos de narcotráfico y la posibilidad de que el Estado pueda confiscar bienes que sospeche provienen del crimen organizado.

"Acudamos a votar con alegría, respetando las preferencias de cada quien, pero reforzando nuestro sistema democrático", sostuvo Figueres, quien gobernó el país entre 1994 y 1998.

HARTAZGO

Unos 3.5 millones de costarricenses están habilitados para votar, pero se esperaba que la participación fuera aún menor que el 60% de la primera vuelta de febrero -una de las cifras más bajas en años- debido al escaso entusiasmo que despertaban los candidatos.

"Vine porque es obligatorio (votar), pero estoy un poco temeroso por lo que va a pasar con el país", opinó Diego Ortiz, un asistente de enfermería de 32 años, al salir de emitir su voto en una escuela de León XIII, un distrito pobre ubicado al norte de San José.

"Para mí, ninguno de los dos son buenos candidatos", agregó.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Costa Rica ha tenido un crecimiento sostenido de su PIB y altos indicadores de desarrollo humano y social, como cobertura universal de salud y uno de los mejores sistemas educativos del continente.

Pero desde 2000 su economía empezó a mostrar grietas que se agravaron con la pandemia: una persistente pobreza aqueja al 23% de los 5.1 millones de habitantes, la creciente disparidad de ingresos lo convierte en uno de los países más desiguales del mundo y el desempleo alcanza a casi al 15% de su población.

Ello, en medio de un elevado y descontrolado crecimiento del Estado que ha agravado el déficit fiscal y engrosado la deuda pública, la mayor de Centroamérica.

Sin embargo, ninguno de los dos candidatos ha abordado los temas de fondo que golpean al país, por lo que la mayoría de los costarricenses llamados a votar reprueba ambas opciones para liderar el país entre 2022 y 2026, de acuerdo a un sondeo de la Universidad de Costa Rica. Read full story

El hartazgo se tradujo en la primera vuelta de febrero en la conformación de un Congreso altamente fragmentado, algo que le complicaría al nuevo mandatario implementar su agenda y cumplir con reformas convenidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a un crédito de 1,780 millones de dólares. Read full story

"Chaves conserva una ventaja debido principalmente a las tasas de rechazo relativamente más altas de Figueres y el peso que los votantes le dan a sus acusaciones de corrupción en relación con el bagaje relacionado con el acoso sexual de Chaves", sostuvo la consultora Eurasia.

Sobre Chaves pesan señalamientos de acoso sexual durante su paso por el BM, que él ha negado. Figueres, por su parte, es cuestionado por el cobro de 2,7 millones de dólares en asesorías a Alcatel en 1999, un caso que no llegó a tribunales, pero que lo obligó a renunciar al Foro Económico Mundial en 2004.

"El alto nivel de votantes indecisos y las preferencias electorales muy fluidas significan que Figueres aún podría obtener una victoria", agregó Eurasia.

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