El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, insistió este lunes en que la política de confinamientos para atajar el avance del Covid-19 "hace a los pobres más pobres" y también mata, pues lleva a muchas personas "a la depresión y el suicidio".
En un acto público sobre asuntos relativos a la educación, el mandatario respondió en forma enérgica a las duras críticas contra la gestión que su Gobierno hace de la pandemia, que ya ha causado en el país unos 295,000 muertos y 12 millones de casos.
"Algunos sectores importantes de la sociedad quieren un decreto de 'lockdown' (confinamiento) nacional o regional", pero eso "no ha resultado", "hace a los pobres más pobres" y "lleva a muchos a la depresión o el suicidio", sostuvo el gobernante.
"No sabemos cuándo esto va a acabar, si es que acaba" y "si se comprobara que un 'lockdown' de 30 días acaba con el virus acepto", pero "eso no es así", declaró.
Aunque dijo que no pretendía enviar "ningún recado a nadie", citó una serie de datos que reflejan una reacción positiva de la economía después de la caída del 4,1 % sufrida por el Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado como consecuencia de la pandemia, que fue "la mitad de lo que muchos esperaban", acotó.
"Si no fuera por la pandemia nuestra economía estaba volando", afirmó Bolsonaro, quien subrayó que "solamente Estados Unidos, Japón y Corea del Sur" tuvieron resultados económicos mejores que Brasil en 2020.
"Estos son datos para gente que trabaja con economía en Brasil", indicó en lo que fue interpretado como una respuesta a una carta difundida este fin de semana por unos 500 banqueros y economistas que exigieron acelerar la vacunación y criticaron de forma implícita la postura negacionista de Bolsonaro.
"Me dicen negacionista", pero "no dejan a la gente trabajar", sostuvo en una nueva crítica a los confinamientos parciales que han decretado en las últimas semanas gobernadores y alcaldes, contra los cuales el Gobierno ha presentado una demanda ante el Supremo.
"Nunca vi eso. Ni en el mundo comunista, porque ahí la gente es obligada a trabajar en cualquier situación", incidió sobre la suspensión de las actividades económicas para contener la pandemia, adoptada por muchos estados y municipios frente al colapso de las redes hospitalarias.
En relación a la inmunización, insistió en que Brasil es "el quinto país que más vacuna en valores absolutos", pese a que los cerca de doce millones de brasileños que han recibido el antídoto representan menos del 6 % de la población.
Aun así, reiteró que el proceso de vacunación en el país es "algo excepcional dentro los problemas que hay en el mundo", reiteró que su Gobierno ha "contratado 500 millones de dosis" que recibirá a lo largo de este año y que en breve comenzará la producción local.
"Brasil va a fabricar vacunas y va a exportar", vaticinó, y pidió que "se deje de politizar esa cuestión" y que "no se use" a la pandemia "para atacar al Gobierno".