Acumulamientos de basura, escurrimientos de aguas negras, "baches" y una grave inseguridad, es la postal que se difunde al exterior de la zona tradicional del puerto de Acapulco.
En un recorrido realizado por Caleta y Caletilla, los tiraderos de basura a cielo abierto es la primera imagen que ven los turistas y escurrimientos de agua de drenaje que brotan de una coladera, sobre la costera Miguel Alemán.
Restauranteros de la zona aseguran que han denunciado a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco, sobre este foco de contaminación, pero no han acudido a frenar el brote de aguas sucias que van a parar al mar.
Además, se quejan que varias luminarias no sirven y esto provoca que algunas calles estén en penumbras, lo que las convierte en sitios sumamente peligrosos para los vecinos de la zona.
Pero lo que más les preocupa es que se ha convertido en un sitio en donde constantemente hay balaceras, asaltos y cada vez se extiende la extorsión hacia los prestadores de servicios turísticos y propietarios de establecimientos.
A esto se añade que las calles lucen en mal estado, pero quizá la peor pesadilla para turistas y residentes, son los molestos "viene, viene", quienes colocan desde cajas de madera, piedras o botes, para no permitir estacionarse.
Estos personajes surgen de la nada y literalmente se han apoderado de la vía pública y cobran desde los 20, 30 y 50 pesos, para poder parquearse o arriesgarse a un rayón a la carrocería del vehículo.