En medio de la angustia y miedo, miles de familias siguen viviendo en unidades habitacionales construidas en los años cincuentas en Acapulco, y que de acuerdo a autoridades de Protección Civil, estas, se encuentran en un deterioro total debido a las múltiples afectaciones que han registrado por la falta de mantenimiento y por los fenómenos naturales que también han provocado considerables daños en las estructuras.
Departamentos y casas en unidades habitaciones totalmente deterioradas en su infraestructura, son los patrimonios que tienen trabajadores que con gran esfuerzo las han adquirido pese al riesgo que estas representan.
En Acapulco, hay por lo menos diez unidades habitacionales, y el 90 por ciento de estas, están consideradas por especialistas en la materia de la construcción como zonas de alto riesgo por el estado en el que se encuentran, y a pesar de esto, ninguna autoridad de los tres niveles de gobierno, ha buscado la manera de inyectar recursos económicos para disminuir el nivel de riesgo que se tiene en estos sitios donde también se carece de los servicios públicos.
Cada año, el riesgo para miles de familias aumenta conforme llega la temporada de lluvias, debido a que los edificios sufren de mayor deterioro por la falta de un mantenimiento, así como los constantes movimientos telúricos que afectan su estructura de manera considerable.
Entre las unidades habitacionales de mayor riesgo para las familias que las habitan, se encuentran El Coloso construida en su primera etapa en 1977, y considerada como la más grande de toda América Latina y por lo tanto es una en donde los gobiernos, deben de poner una mayor atención para evitar algún tipo de desgracia.
En la unidad habitacional El Coloso, se tienen más de 50 mil viviendas, y el 90 por ciento de estás, están habitadas, mientras que el resto en su mayoría departamentos ubicados en un cuarto y quinto nivel, se encuentran abandonadas debido a que representan un riesgo para quienes las adquirieron.
En septiembre del 2002, en la calle Peña Blanca de la etapa 34B de la unidad habitacional El Coloso, un menor de 7 años de edad, perdió la vida y cinco más resultaron lesionados, al derrumbarse la estructura metálica de las escaleras del edificio número uno, hecho que provocó que nueve familias fueran desalojadas del edificio por personal de Protección Civil municipal, quienes secretario que el inmueble era de alto riesgo por el deterioro en el que se encontraba.
Sin lugar a dudas otros de los sitios donde se viven miles de familias con un alto índice de riesgo, es el Multifamiliar compuesto por más de 250 departamentos construido en el año de 1958 el primero en Acapulco de este tipo en la zona de la Progreso una de las primeras colonias de la ciudad fundadas.
El Infonavit José López Portillo, situado en la zona de Calzada Pie de la Cuesta, es otro de los sitios que también a sufrido en su infraestructura por el paso del tiempo, y en está también habitan miles de familias en su mayoría trabajadores obreros que adquirieron por medio de un crédito su vivienda hace más de 20 o 30 años.
Otra de las unidades habitacionales que también está en deterioro, es el Infonavit Alta Progreso, donde además de estar algunos de sus edificios construidos a escasos metros de una barranca, muchos se encuentran agrietados con fisuras en paredes y techos.
Las afectaciones en todas las unidades habitacionales que se tienen en Acapulco, han aumentado de manera considerable debido a los temblores ocurridos en años de 1985 y el 19 de septiembre del 2017, los cuales obligó a muchas familias a salirse de sus propiedades ante el riesgo que estas representan.
Las unidades habitacionales desde hace décadas, no han recibido un sólo trabajo de mantenimiento para cambiar la situación que riesgo en el que se encuentran, sino todo lo contrario han tenido un crecimiento desmedido en otras zonas de la ciudad que también son considerados como de alto riesgo e inundables.
Otra de las causas, que ha provocado las afectaciones de las unidades habitacionales en Acapulco, según los mismos integrantes de colegios de profesionistas, son las remodelaciones que los propietarios hacen de sus casas y departamentos sin previa consulta a expertos en la materia.
En el 2017, el gobierno municipal, realizó una inversión de 2.5 millones de pesos, recursos que sólo sirvieron para realizar murales y la pinta de por lo menos 190 edificios de los más de 50 mil que hay en unas diez unidades habitacionales de la ciudad, pero no para la rehabilitación de la estructura de los edificios que es donde se tiene el mayor riego.
Este programa de pintura y de murales, en nada ayudo a la rehabilitación de los edificios, por lo que para los habitantes sólo fue dinero que se tiró a la basura porque lo que se requiere primero, es un estudio para poder determinar que unidad necesita primero de una inversión millonaria para disminuir el nivel de riesgo para miles de familias que por la necesidad, siguen habitando estos lugares para muchos llamados de la muerte.
Los habitantes de estas construcciones, no sólo están olvidados por las autoridades de los tres niveles de gobierno, sino también por la institución que a través de créditos millonarios, les otorga la posibilidad de adquirir una vivienda en estas unidades habitacionales.