El arzobispo de Acapulco Leopoldo González González inició el Viacrusis en la catedral Nuestra Señora de la Soledad, donde salió del templo en procesión, para recorrer con decenas de fieles católicos la plazoleta Juan N. Álvarez, en dónde oró por las madres víctimas de hijos asesinados, desaparecidos y reclutados por grupos dela delincuencia organizada.
A medio día por la puerta de la iglesia del lado izquierdo salió la imagen de la virgen María y por el derecho la efigie de Jesús donde ambas eran cargadas por los creyentes.
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En un recorrido por el Zócalo, con alabanzas y matracas las imágenes se reencontraron frente a la entrada de la catedral representando el camino al Calvario, donde el Arzobispo dio un mensaje para la sociedad.
González González pidió mirar a la virgen María como Jesús la ve, con lágrimas en los ojos de tantas madres que han sufrido las consecuencias de la violencia que azota al puerto, además de confiar en ella el proceso electoral y seguridad para los candidatos.
“Míremos a la virgen María con los ojos de Jesús y en su rostro mira las lagrimas que tantas madres derraman por sus hijos asesinados, ejecutados o desaparecidos, al ver a su familia expulsada de su tierra por la cruel violencia de los ataques armados, por el miedo que infunden las amenazas y la inseguridad al verse desprotegidos, Jesús mira las lágrimas de las madres por sus hijos reclutados por bandas criminales o al verlos víctimas de las drogas, o del alcohol o al saber de la extorsión que sufre su familia”.
Pidió a los grupos del crimen organizado no meterse en la contienda electoral de este 2024, así como a la población escuchar las propuestas de los candidatos.
“Confiamos en la Virgen el proceso electoral que vivimos, la seguridad de quienes aspiran a puestos públicos, la no intromisión del crimen organizado, la verdad de las propuestas del bien común, nuestra participación libre y responsable ahora escuchando y discerniendo, luego votando y exigiendo”, enfatizó en su mensaje.
Posteriormente en el interior de la catedral acompañado de fieles católicos representó las estaciones litúrgicas.
