"Empleándose como taxistas, colaboradores de farmacias y hasta ferreterías, es como han sobrevivido los últimos meses de la pandemia los guías de turistas certificados del puerto de Acapulco, quienes se quedaron sin empleo por la nula llegada de paseantes provenientes de otros países desde el mes de marzo del presente año y todavía no se pueden recuperar porque la actividad sólo se abrió a un 30 por ciento y los cruceros todavía no están permitidos.
Desde hace varios años la economía del sector que sobrevive de barcos internacionales que llegan al puerto está debilitada, debido a que ya son pocos los turistas que arriban al destino de playa al año, siendo el 2012 uno de los años donde más cayó el sector, registrando cifras de hasta un menos 88.2 por ciento durante los primeros cinco meses, al pasar de 51 arribos a tan sólo 6 durante los meses de enero y mayo.
La caída drástica afectó a toda una cadena de porteños que se dedicaban a la atención del mencionado turismo que dejaba su derrama económica en dólares, desde los guías de turistas hasta los clavadistas de La Quebrada y los comerciantes de artesanías en los principales mercados como El Parasal, ya que son los puntos que no pueden faltar en los recorridos del turismo extranjero.
Las cifras de las autoridades indican que la baja en el número de pasajeros que llegaban embarcados desde países como Polonia, Estados Unidos, Canadá o de otras partes del mundo bajaron hasta en un 95 por ciento y muchos adjudican esta pérdida a la situación de seguridad y social que se vive en todo México, ya que los descensos se registraron a nivel nacional, aunque en menor medida en puertos como Cabo San Lucas, donde la disminución de arribos fue sólo del 41.9 por ciento.
El presidente de una asociación de guías de turistas, Jorge Antonio Guerrero de la Cruz, aseguró que los problemas económicos para el sector que él representa fue de mal en peor, ya que pasaron de tener poco empleo a no tener absolutamente nada al cancelarse en marzo la llegada de dos cruceros que se esperaban en ese mes, el primero el 19 donde se tenía previsto el arribo del “Seven Seas” y el 29 el “MS” proveniente del continente Europeo; con ello se cancelaban también otras 16 embarcaciones de la temporada.
Con el regreso a la nueva normalidad una vez que el semáforo epidemiológico de Covid lo permitió, la actividad turística y muchas no esenciales pudieron reabrir en Acapulco de manera gradual y escalonada, propiciando que la hostelería, gastronomía y otros negocios con vocación turística volvieran a abrir sus puertas, aunque tan sólo en un 30 por ciento, por lo que algunas empresas y sus empleados ya pudieron percibir ingresos económicos, pero no así los guías de turistas certificados.
Jorge Antonio destacó con preocupación que en los últimos cuatro meses, una gran parte de los 60 personas que conforman la asociación que representan han tenido que buscar empleo en otros rubros, como lo son farmacias, ferreterías y hasta taxis, con la finalidad de continuar percibiendo ingresos económicos para poder llevar dinero a sus hogares, ya que es poco el apoyo que les han brindado los tres niveles de gobierno como despensas y préstamos, mismos que no permiten continuar con la vida que llevaban hasta antes de que el nuevo coronavirus llegara a México.
"Sólo Dios y nosotros sabemos cómo la estamos llevando, aparte de que somos uno de los grupos más vulnerables de la cadena turística, fuimos unos de los primeros afectados desde el mes de marzo cuando teníamos la esperanza de dos barcos en ese entonces para poder subsistir, pero se cancelaron y nos da pena decir que somos los que más tarde nos vamos a poder recuperar", indicó.
Durante los últimos meses, miles de empresas fueron obligadas a bajas sus cortinas para no ser fuentes de contagios del Sars-CoV-2, siendo las discotecas las primeras en cerrar sus accesos al público al ser lugares totalmente cerrados y donde la gente se aglutinaba por las noches para ingerir bebidas alcohólicas y bailar al calor de los tragos, pero solo algunas se quedaron laborando, las consideradas esenciales.
Las farmacias son los negocios que continuaron abiertos durante el día y la noche, vendiendo medicamentos para todo tipo de enfermedades, hasta para surtir las recetas que los médicos prescriben para los pacientes con el Coronavirus, por lo que fueron de las pocas fuentes de empleos que continuaron solicitando personal, situación aprovechada por algunos guías de turistas según Guerrero de la Cruz.
"Hay compañeros que se le han subido a taxis, hay compañeras que han trabajado en cosas diferentes al turismo por ejemplo en farmacias, ferreterías, nosotros tenemos que buscar el sustento, pero sí somos unos de las cadenas más vulnerables del turismo", puntualizó.
La necesidad de percibir ingresos económicos para quienes cambiaron de giro todavía no termina, debido a que como asociación civil tan solo han accedido a un apoyo financiero que les dotó de cuatro mil pesos en efectivo, dinero que sirvió para saldar compromisos y hasta adquirir un poco de alimento, pero no fue la solución a toda la problemática.
Otros guías como el señor Orlando Ramos corrieron con más fortuna, ya que sus anteriores empleos le permitieron tener una pensión ante el IMSS que le permitió no quedarse sin un peso, aunque tuvo que readministrar sus gastos para no quedarse en ceros.