Prestadores de servicios turísticos, meseros y vendedores ambulantes de la zona tradicional de Acapulco rechazaron la medida del cierre de playas ordenada por el gobierno del estado para este jueves y hasta el 30 de abril y advirtieron que, seguirán acudiendo a trabajar con el poco turismo que visite las playas de Caleta y Caletilla.
Los inconformes dijeron no estar de acuerdo con esta iniciativa de prohibir las actividades recreativas porque será el tiro de gracia para sus familias, ya que sin ingresos no tendrán ni para comer y no existen apoyos económicos por parte de ningún nivel de gobierno.
Entrevistados en la franja de arena, los inconformes señalaron que, seguirán ofreciendo sus productos aunque tengan que enfrentarse a la Guardia Nacional o Policía Turística en caso de que sean los encargados de vigilar las playas.
“Vamos a seguir vendiendo, aunque cierren las playas, que nos manden a la Policía Turística los vamos a echar al agua, somos un chingo aquí, más de mil, estamos los que vendemos, lancheros, meseros y no hay apoyos, que nos dieran una feriecita y con gusto nos vamos a la casa, pero nada”, dijo José Carlos, mesero de la zona.
Por su parte, el señor Roberto Vaca, quien lleva turistas a los restaurantes y le pagan una comisión por familia, dijo que en 40 años que tiene trabajando en Caleta, jamás habían vivido algo similar, y señaló que, ningún gobierno puede obligarlos a no salir a trabajar todos los días y buscar el sustento de sus familias.
“Que nos vengan a cerrar y aquí los vamos a correr así como le hicimos a Adela cuando vino apenas, vino y sin nada, solo a decirnos que nos fuéramos a nuestra casa, ellos como tienen para comer y comprar para estar un mes encerrados, nosotros no, vivimos al día, si no trabajamos no tragamos”, señaló.
Asimismo, ante la cancelación de los deportes acuáticos, algunos se dedican ahora a estacionar vehículos y viven de las propinas que reciben por esta labor, otros ayudan a cargar las hieleras y bolsas que llevan los pocos turistas que llegan y así tratan de ganarse la vida en estos días difíciles de contingencia ambiental por la pandemia.