Pese a no contar con el respaldo de las autoridades de los tres niveles de gobierno, prestadores de servicios turísticos en la Isla de La Roqueta reciben a los turistas nacionales que llegan a este zona considerada como área natural protegida.
De manera independiente, meseros, restauranteros y prestadores de servicio turísticos, atienden a los visitantes aún con los daños que sufrieron hace nueve meses por el huracán Otis.
Lea también: "Roqueta Weekend" promueve a Acapulco en su segunda edición
La playa y la zona de la Isla de La Roqueta fueron áreas que resultaron muy afectadas por el paso del fenómeno meteorológico, y son los propios prestadores del servicio quienes han trabajado para recuperar el área que representa su fuente de ingresos económicos.
El trabajo que realizan los prestadores de servicios turísticos en la playa de la Isla de la Roqueta además del esfuerzo de recibir a los turistas en esta temporada de vacaciones con lo poco que han recuperado luego del huracán Otis, es la limpieza de la zona sin el respaldo de las autoridades de gobierno.
La playa de la Isla de la Roqueta a nueve meses de los daños del huracán Otis se ha mantenido debido al esfuerzo y el trabajo que los propios prestadores de servicios turísticos, han estado realizando sin el respaldo de las autoridades.
Para llegar a la zona de la Isla de la Roqueta es necesario abordar una embarcación de las llamadas fondo de cristal en el embarcadero de las playas Caleta y Caletilla.
El pasado 10 de junio, elementos de la Marina realizaron un operativo para desalojar a los comerciantes y prestadores de servicios turísticos de la playa de la Isla de la Roqueta, lo que provocó que una semana después, los afectados realizaran un bloqueo en la Costera Miguel Alemán para exigir el respeto a los espacios donde se encontraban trabajando, tras las afectaciones del huracán Otis.
Marco Antonio González Jirón, integrante del Frente de Defensa de Zona Federal indicó durante el bloqueo del 10 de junio que el desalojo en playa de la Isla de la Roqueta, afectaría a unas 500 familias acapulqueños.
