Representantes del Campamento Tortuguero del 68 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano con sede en Pie de la Cuesta, advirtieron que una posible extinción de la tortuga Laúd en las costas guerrerenses, podría ocasionar una sobrepoblación de “mal aguas” en los océanos, lo cual limitaría el acceso de los humanos a las playas de la entidad.
La tortuga laúd, tinglar o baula (Dermochelus coriácea por su nombre científico), es una de las especies de quelonios más grandes que habitan los océanos mexicanos, la cual puede alcanzar a medir hasta 2.3 metros de largo, con un peso de hasta 916 kilos y su presencia en la tierra cobra una especial relevancia debido a que, de acuerdo con los representantes del mencionado campamento, un ejemplar de estos en su etapa adulta puede llegar a comer hasta una tonelada diaria de medusas de mar.
Durante un recorrido por las instalaciones, el cabo de infantería y encargado del lugar de preservación de las tortugas en el mencionado lugar, Jesús Roberto Quirós Pérez, aseguró que cada año es más difícil encontrarse con estos gigantes de los mares desovando, lo cual evidencia que esta especie es la más próxima a extinguirse, dejando serias repercusiones en el medio ambiente, en la que el ser humano será el causante número uno de la tragedia.
“La tortuga Laúd es una tortuga muy importante, porque esa se alimenta de medusas, un molusco llamado mal agua o agua mala, que produce quemaduras en la piel, esa tortuga limpia nuestros océanos. Si esta especie llega a extinguir va a resultar un desequilibrio ecológico, donde va haber una sobre población de medusas haciendo casi imposible que el humano se meta al mar”, señaló.
En este campamento tortuguero son rescatados de los predadores como perros, gaviotas y hombres, alrededor de 150 mil huevos de tortuga de diferentes especies al año, de los cuales, tan solo alrededor de 20 mil son de laúd y de estos, poco más del 80 por ciento llegan al mar después de eclosionar, pero solo el 10 por ciento llega a una edad adulta logrando su reproducción y regreso a la misma playa donde conoció por primera vez el mar, en donde una vez más corre peligro de ser capturada por las manos del hombre.