Jalando un diablito con sus herramientas, don Marcial Castro es un ciudadano guerrerense que le gusta ganarse la vida de manera honrada a sus más de 70 años y quien no ha parado de recorrer las principales colonias del puerto de Acapulco durante la pandemia, en búsqueda de algún "trabajito" de plomeria para llevar el pan de cada día a su mesa.
Se trata de una historia de vida ejemplar, de una persona de la tercera edad que no ha dejado de velar por su pequeña familia y se arriesga al salir a las calles con mayor incidencia de casos en cuanto a contagios de Covid-19.
"Aprendí mi oficio y desde ahí seguí trabajando sólo en las calles, ahorita yo ya estoy viejo ya me madrie de un ojo desde hace 15 años, pero así ando calle por calle, colonia por colonia desde Mozimba, el Fovissste hasta por la Garita. Yo trabajo diario mientras ando bueno, cuando me enfermo de la rodilla ya dejó de trabajar unos ocho días hasta que me compongo pero ando buscando la vida todo el tiempo, mientras viva yo le digo a la gente que voy a seguir buscandole", dijo.
Este valiente guerrerense se traslada todos los días con la bendición de su esposa desde el poblado de Ejido Viejo municipio de Coyuca de Benítez, ubicado a media hora del centro de Acapulco, con la firme convicción de seguir ganando unos pesos de la manera más honrada que conoce y arriesgándose a quedar infectado del mortal SARS-CoV-2, aunque es responsable y toma sus precauciones.
"Yo si me cae la enfermedad pues ni modo, pero no he dejado", abundó con un semblante de relajamiento.
A su avanzada edad, don Marcial ya no puede hacer grandes trabajos, pero la gente lo sigue llamando para reparaciones menores en los baños, desperfectos pequeños que su muy gastada vista le permitan reparar.
Este hombre pone a su disposición el número telefónico 7441284934 para cualquier ciudadano que lo necesite, asegurando que aunque ya no es tan joven, sus trabajos de plomeria tienen garantía y mucho amor a la hora de realizarse.
Por último este plomero recomendó a la población siempre mirar el horizonte y buscar la manera de subsistir trabajando de manera honrada y sin quedar mal a nadie, con la finalidad de que los valores no se pierdan día con día.