Con las ganas y fe de poder vender algo de lo que pudo rescatar del incendio del Mercado Central, Don Juan acude todos los días desde muy temprana hora para ganarse unos pesos donde estaba su local.
Él al igual que sus hermanos llevan más de 35 años dependiendo del comercio de artículos de ferretería en el área de sombrillas.
Consideró que un “préstamo” a pagarse en cómodos abonos le ayudaría a levantar poco a poco su fuente de trabajo y con lo que vayan vendiendo lo pagarán.
Desafortunadamente en cuestión de minutos perdió lo que logró en más de la mitad de su vida.
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“Me avisaron que se estaba quemado en mercado y me vine rápido para salvar algunas de mis cosas, llegué a las dos y media de la mañana pero ya estaba acordonado y no me dejaron pasar, solo alcance a salvar lo que estaba en la orilla”, recordó el comerciante con mucha tristeza.
Fueron alrededor de 600 mil pesos que el fuego le arrebató para llevar el sustento alimenticio a su hogar ubicado en el Módulo Social Fovissste para sus 3 hijos y esposa.
Al igual que casi todos los vendedores, él acudía religiosamente desde las 7 de la mañana hasta las seis de la tarde.
Con la fe en Dios confía que los tres niveles de gobierno ayuden a todos los afectados, “es cuestión de esperar que se repare todo”.
Agradeció a todos los amigos, ciudadanos y gobiernos que les han brindado una mano para poder comer en estos días que no tienen ingresos.