La presión y los reclamos de que se reactive la actividad turística, a pesar de no alcanzar todavía el pico de la curva epidemiológica de Covid-19, que mantiene a Guerrero en el semáforo rojo, ha dado sus frutos y las autoridades finalmente cedieron y será a partir del primero de julio, aunque advierten que serán exigentes en la aplicación estricta de las medidas de seguridad sanitaria.
El anuncio lo hizo el gobernador Héctor Astudillo Flores, en su participación en la conferencia matutina en la que se informa sobre el comportamiento en la entidad del coronavirus, ahí dijo que cuando cambie el semáforo de color rojo a naranja se podrá permitir que operen los hoteles de manera gradual, a partir de este primero de julio.
Hay que recordar que los destinos del llamado Triángulo del Sol, se paralizaron el 2 de abril, con el cierre de playas, hoteles, restaurantes y la suspensión de todas las actividades recreativas, debido a que el coronavirus empezó a propagarse rápidamente y a cobrar las primeras víctimas en este estado suriano.
A partir de ese momento, el panorama ha sido difícil para el sector turístico, la parálisis de esta actividad predominantemente económica, incrementó el desempleo y generó el airado reclamo de ayuda por parte de los prestadores de servicios turísticos, al no contar con ingresos para el sostén de sus familias.
Su precariedad los ha obligado a encabezar protestas y exigir que se les permita trabajar, con el argumento de su única fuente de ingreso es la actividad turística, pero sus denuedos han sido opacados con despensas y con raciones de comida que les dan en los comedores comunitarios que se han instalado en el puerto de Acapulco.
El titular del ejecutivo del estado Astudillo Flores, a mediados de mayo empezó a buscar la ruta de la reactivación del sector turístico, pero el subsecretario de Salud Federal, Hugo López Gatell, le pidió esperar que concluyera con el titular de Secretaría de Turismo, Miguel Torruco Marqués, un protocolo y los lineamientos sanitarios para la apertura paulatina de hoteles y restaurantes.
Sin embargo, la pandemia colapso a las instituciones de salud y el número de casos positivos aumentaron de manera exponencial, que provocó que se postergara la idea de reactivar al sector turístico, aunque se intentó hacerlo el primero de junio y después el 15 de ese mismo mes, pero al entrar la fase 3, se tuvo que dar marcha atrás a su intención de permitir operar a hoteles y restaurantes.
En medio de toda esta crisis pandémica, el presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA), José Luis Smithers Jiménez, en franco reto a la disposición gubernamental, el viernes 19, advirtió que el primero de julio los 70 hoteles agremiados a su asociación iban a abrir “llueve, truene o relampaguee”.
La molestia del dirigente de la industria sin chimenea, fue porque afirmó que han invertido miles de pesos para cumplir con las medidas sanitarias para la reapertura y a pesar de esto, no se les permite trabajar, además de que fueron excluidos de los créditos que ofreció el gobierno del estado, a través de Nacional Financiera y la banca Comercial.
El malestar fue secundado por el presidente de la Confederación Nacional de Sociedades Cooperativas de Transporte y Servicios Turísticos de la República Mexicana (Confetur), Salvador Soto Sánchez, quien reprochó que el regreso a la normalidad se esté prolongando y en esa proporción el desempleo siga extendiéndose, ante la total indiferencia de los tres órdenes de gobierno.
Aunque su principal preocupación, es que de nada sirva estar más de dos meses confinados en sus casas, si todavía no han logrado frenar los contagios del patógeno, que podría salir…