Exhaustos después de disfrutar la gala pirotécnica con la que se recibió el 2023, algunos turistas reposaban "la cruda" al amparo de la sombra, mientras que otros degustaron el recalentado a la orilla de la playa.
La primera impresión que da la franja turística es de un campo de refugiados, pero la realidad es que algunos turistas prolongaron el brindis y sucumbieron al cansancio, quedándose a pernoctar en sus vehículos.
A la altura del Asta Bandera, algunos turistas se quedaron a dormir a bordo de sus vehículos, bajo una improvisada sabana para cubrirse de los inclementes rayos del sol.
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En la playa Tamarindos todavía se apreciaba el camarera y sus autos estacionados sobre la costera MiguelAlemán, donde traían el anafre y enceres domésticos para la ocasión.
Los que madrugaron, hicieron fogatas y disfrutaban del recalentado, consistente en pollo asado y espagueti, otros calentaban los chiles rellenos, a la orilla del mar para echarse después un chapuzón.
Todos disfrutan su estancia en este destino de playa, preparándose para el retorno a sus lugares de origen, después de llevarse la experiencia de una noche inolvidable con los fuegos artificiales que iluminó la bahía para despedir el 2022 y recibir el 2023.