Vendiendo semillitas en los semáforos o quesadillas en la playa, tal vez simplemente pidiendo limosna con su bebé en brazos, así varias madres de familia celebrarán el 10 de mayo en Acapulco, para ellas no habrá regalos, festejo, ni siquiera un abrazo de aquellos a los que alguna vez les dieron la vida.
Esta fecha en la que se celebra a la mujer más importante al interior de la familia, muchos hijos las llevan a comer, les compran un ramo de flores, o cualquier otro regalo que anhela, pero para muchas otras, la realidad es distinta, es la de trabajar para comer, sin celebración, sin nada.
La señora Juana Sánchez vende semillas de calabaza desde hace cinco años en los semáforos de la costera Miguel Alemán, con uno de sus cinco hijos amarrado a la espalda, toma su canasta con el producto y carro por carro comienza a ofrecerlas, esta actividad apenas les deja 100 pesos al día, si les va bien, aunque hay momentos en los que no vende nada.
Juana es indígena y habla muy poco español, pero aseguró que no celebran el día de las madres porque tienen que trabajar, incluso sus otros hijos de 14, 15 y 16 años, laboran en la playa, realizando diversas actividades, con lo que ganan todos apenas pueden comer y salir adelante.
Otro de los casos es el de la señora Telma Salomón, vende quesadillas de pescado y papa en la playa, sus hijos Erik y Franco, de 28 y 30 años, respectivamente, están en Estados Unidos, allá trabajan y sólo le llamarán para felicitarla por el Día de las Madres, aunque dijo que sería un mejor regalo volverlos a ver, porque desde el 2010 se fueron de mojados a buscar el sueño americano.