Las aglomeraciones, el desorden en la convivencia social y el incumplimiento del uso de cubrebocas, son solo una parte de las violaciones que se cometieron a los lineamientos de seguridad sanitaria que se establecieron en la reactivación de la actividad turística, que dio pauta a la reapertura de playas, hoteles y restaurantes en un 30 por ciento de su capacidad a partir del pasado dos de julio.
En un recorrido realizado por las playas de El Revolcadero y Alfredo Bonfil en la zona Diamante, ante la falta de la presencia de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, grupos de personas ingresaron a restaurantes sin guardar la sana distancia, las bebidas embriagantes abundaron, no se cumplió con el rediseño de espacios, la limpieza y el desinfectante, como el gel antibacterial, que simplemente no se ofreció.
A esto se le añadió el ruido del motor de cuatrimotos que iban y venían, a las que se permitió abordar en parejas, las heces de caballo que fue parte del paisaje, el uso comunitario de las sombrillas y camastros, adornó este primer fin de semana, el cual, dejó un mal sabor de boca y la preocupación que sea factor que incremente el número contagios, con el riesgo de que se regrese de semáforo naranja a rojo.
Lamentablemente la misma conducta se observó en las playas de la bahía, en la que prevaleció las violaciones a las normas de seguridad sanitaria, ignorando totalmente las recomendaciones de la Secretaría de Salud, a pesar del escenario que prevalece por el cotidiano aumento de enfermos de coronavirus.
Cabe recordar que Guerrero, continúa con seis mil 196 contagios, en donde el puerto de Acapulco continúa siendo el epicentro de contagios con tres mil 557 casos positivos y 530 defunciones.