A pesar del riesgo latente en la que viven habitantes de la Unidad Habitacional Vicente Guerrero 200, ubicada en la zona Diamante de Acapulco, en caso de registrarse un sismo de gran magnitud, siguen viviendo entre el miedo y las malas condiciones en las que se encuentra los departamentos de 38 edificios, donde algunos no tienen mantenimiento y están abandonados.
La preocupación de los condóminos es que sigue esperando la ayuda por parte de Conavi y Sedatu de un estudio de subsuelo para la rehabilitación de los edificios, pero tiene que esperar todavía dos meses para este proceso.
El estudio tendrá una duración de cuatro meses y de acuerdo a lo que arroje el dictamen será el tipo de rehabilitación que se hará a los edificios.
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Mientras esta ayuda llega, un 60 por ciento de los habitantes por el miedo a los movimientos telúricos han abandonado sus departamentos, además de que no cuentan con el servicio de agua potable, debido a que no han derribado sus cisternas que es el riesgo mayor de que se venga abajo en caso de un sismo de gran magnitud.
El 40 por ciento de los que habitan en los edificios se arriesgan en vivir en departamentos cuarteados, con problemas de filtración en paredes, pero son los que han colocado tinacos para abastecerse de agua potable.
Pero se están enfrentando la carencia de servicios como la recolección puntual de basura, seguridad y alumbrado público.
El 7S del 2021 se produjo un sismo de magnitud 7.1 que tuvo como epicentro el puerto de Acapulco, los habitantes de la Unidad Habitacional Vicente Guerrero 200 fueron damnificados y la única ayuda de promesa de rehabilitación aún no llega solo se obtuvo un convenio para un estudio de subsuelo hace un mes y aún no inician.
La tesorera del comité de condóminos de la Unidad Habitacional, Vicente Guerrero 200, Ana Olea, dijo que cada vez que se registra un sismo, los edificios sufren daños en su estructura pero lamenta que los dueños no se preocupen por rehabilitarlos.
Comentó que están en espera de que liberen el presupuesto entre Conavi y Sedatu para que pueda llevarse a cabo el estudio, mientras tanto los pocos habitantes viven en la incertidumbre ante el riesgo de otro sismo fuerte y los edificios no aguanten.
Dijo que algunos habitantes salieron de sus departamentos para alquilar, luego del sismo del 7S y otros se han quedado al no contar con las condiciones económicas para hacerlo.
“Hay muchos departamentos abandonados y otros no se dieron a la tarea de derribar sus cisternas que se les detectó era el mayor peligro en caso de otro sismo de gran magnitud…ya no han dicho que hay riesgo de seguir viviendo aquí pero para muchos es su único patrimonio y no tienen a donde ir”, precisó.