A casi ocho años del primer intento, personal de la coordinación de Servicios Públicos del ayuntamiento de Acapulco, talaron la llamada “ceiba amorosa” ubicada en la avenida Cuauhtémoc, justo en medio del puente Bicentenario, a pesar de que un juez federal concedió un amparo en el mes de mayo del 2016 para que esto no sucediera.
El árbol que podía llegar a medir hasta 70 metros de altura y tres de diámetro, había sido amenazado desde que se iniciaron los trabajos de construcción del puente, por considerar que su permanencia en el lugar ponía en riesgo la integridad de los que por ahí circulan, debido a que ocupaba un carril de la mencionada avenida.
El 25 de julio del año 2016, autoridades del gobierno del estado pusieron en marcha el sistema de transporte Acabus, con el cual se contemplaba que las unidades pasaran justo por el carril que ocupaba la Ceiba Pentandra (por su nombre científico), despertado la inconformidad de grupos ambientalistas porque no fuera removida del lugar, quienes buscaron un amparo que les fue concedido por el Juez Sexto del Poder Judicial de la Federación en el mismo año.
Desde entonces, las asociaciones Ambientalistas de Acapulco y Guerreros Verdes, denunciaron intentos de matar el árbol, que proveía de oxígeno y eliminaba el dióxido de carbono del aire, en distintas ocasiones, una de ellas en el mes de junio del año 2017, cuando amaneció con perforaciones y clavos en su tronco que pretendían secarlo de tajo.
El árbol comenzó a deteriorarse y meses después, quedó sin vida en sus ramas, pero no así en su raíz, la cual, según sus defensores, logró dar retoños con la ayuda de nutrientes que le fueron suministrados por los mismos ambientalistas, llegaron a crecer 13 de ellos.
El pasado domingo, a través de un comunicado de prensa, la coordinación de servicios públicos municipales informó que el tronco del árbol se cayó sobre la avenida afectado la circulación vial, por lo que procedieron a talarlo en su totalidad; el día de ayer lunes, el lugar fue encontrado tapado con cemento y graba, sin rastro de vida de la ceiba amorosa que por más de 40 años permaneció en ese lugar.
La versión de la caída del tronco fue rechazada por la presidenta de la asociación Ambientalistas de Acapulco, Adela Leyva, quien aseguró que mantienen constante vigilancia del espécimen y desmintió al gobierno municipal y lamentó que ni siquiera permitieran trasladar las demás plantas a otro lugar para que continuaran viviendo; sobre el amparo, aseguró que será el municipio quien “tendrá que responder ante la ley”.