La temporada de Semana Santa 2018 no sólo trajo a Acapulco turistas y comerciantes de la Ciudad de México, sino también a bandas musicales, quienes buscan pagar sus vacaciones tocando en las principales playas del destino.
Son 15 jóvenes, en su mayoría, los que se aventuraron en un viaje que muchos ni siquiera podrán imaginar, pues llegaron a Acapulco el sábado 31 de marzo para pasar sus vacaciones, pero de una manera muy singular, realizando lo que mejor saben hacer, tocar música de banda.
La agrupación está conformada por músicos con instrumentos de viento y hasta la tarola, los cuales se escuchaban sonar en las playas de Caleta y Caletilla, en donde aseguraron haber recibido la autorización de los músicos locales, por el hecho de ser la única banda que trabaja en el lugar.
Un joven trompetista, quien no quiso revelar su nombre, expresó que en Acapulco han visto una fuente de empleo temporal, que por lo menos les deje ganancias para solventar sus gastos de traslado, comida y hospedaje, y agregaron que su aceptación ha sido buena.
“La verdad es una aventura más que nada, sabemos que no vamos a ganar millones, pero pues va saliendo, por ejemplo, ahorita llevamos desde ayer echando rolas en la playa y muy bien, lo bueno que nos dieron permiso y hasta ahorita todo bien”, señaló.
La música de banda es bien recibida por los turistas locales que disfrutan de la playa, sobre todo por aquellos quienes aprovecharon la ocasión para celebrar una fecha importante, tal es el caso de la familia García, quienes se encontraban en Acapulco para conmemorar el cumpleaños de uno de sus integrantes.
“Pues me parece muy bien, porque ellos sí tocan, la verdad, y muy bonito y barato, la verdad está bien que mejor trabajen a que venga a robar a Acapulco”, dijo la señora Julia de García.
La tarifa establecida por canción era de 50 pesos, pero esta disminuía si aumentaba el número de melodías que les pedían ya entrados en calor.
Los jóvenes músicos aseguraron que las canciones más pedidas son los corridos, sobre todo por las personas que disfrutaban de bebidas espirituosas y son gustosas de escuchar retumbar el trombón.
Dijeron que estarán en el puerto por tiempo indefinido, aunque aseveraron que no pasarán de la Semana de Pascua, pues tienen que regresar a sus actividades cotidianas, ya que la música no es la única forma que tienen para ganarse la vida.