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Mientras cientos de familias desayunaban en lujosos restaurantes dela costera Miguel Alemán para conmemorar el diez de mayo, algunasmadres indígenas tuvieron que trabajar como cualquier díaacompañadas de sus hijos en los semáforos y cruceros de la zonaturística de Acapulco, donde comentaron que para ellas no haycelebración y sí muchas actividades pendientes.María es una indígena náhuatl de 35 años de edad, madre detres hijos, todos menores de tres años, su trabajo es vendersemillitas en los semáforos de a cinco pesos la bolsa, lo que lepermite conseguir recursos para dar de comer a todos por lo menosuna vez al día.
“Nosotras no tenemos Día de las Madres porque si notrabajamos no comemos, estamos viendo cómo van las mamás con susflores, sus rosas, sus globos y regalos que les dieron sus hijos,aquí los míos tienen que acompañarme a vender porque si no, nocomemos ellos ya saben”, expresó.
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Como María, por lo menos 120 madres indígenas mástrabajan en los cruceros de la costera Miguel Alemán,Constituyentes y avenida Cuauhtémoc, algunas vendiendo semillas,limpiando parabrisas, o a las que peor les va, sólo extendiendo lamano y pidiendo limosna para poder comer, sin que reciban apoyo dealguna autoridad o asistencia social.
María trabaja en el semáforo ubicado frente aGalerías Acapulco y detrás de ella sus tres hijos a los que nopierde de vista por temor a que sean atropellados por algúnvehículo en la Costera, y narró que en un buen día de ventapuede obtener hasta 200 pesos con lo que da de comer a sus hijos yahorra para pagar la renta del cuarto donde duermen junto a otrasseis mujeres indígenas.
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“Todas amontonadas ahí dormimos en el suelo,algunas tienen catre o colchoneta, yo no he podido comprar, miesposo se fue y me dejó con los hijos, según iba a Estados Unidospero ya no supimos de él, no habló ni nada, ya tiene tres añosde eso y tengo que mantener a mis hijos, nunca los voy aabandonar”, señaló.
Este diez de mayo, no todas las madres tienen lafortuna de tener recursos para celebrar el día, otras han perdidoa sus hijos, algunas los tienen desaparecidos y muchas aunqueestán ahí no las visitan, ni siquiera en este día, a lasindígenas les toca trabajar para seguir sobreviviendo y laconmemoración está muy lejos de sus mentes y sus corazones.