A pesar de que en distintas ocasiones se ha evidenciado el certero daño ecológico y de las sanciones emitidas en años pasados por la autoridad federal, la planta de tratamiento de aguas residuales de la colonia La Mira, continúa arrojando los líquidos crudos al mar, pintando el espejo de agua del color de la materia fecal.
Desde que los primeros rayos solares se asoman por entre los cerros, es posible apreciar como en esta colonia la transformación del agua del mar comienza, pues apenas pasan unos minutos cuando el azul oscuro comienza a desaparecer de la playa, un afluente de color negro que escurre desde las instalaciones de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA) se abren camino entre la arena hasta llegar al mar.
Este se expande por miles de metros de la pequeña bocana, el contaminante genera una especie de nata que se queda sobre el agua del océano evitando el oxigenamiento de la misma, mientras el olor fétido se extiende a kilómetros a la redonda, son residuos de los baños de varias colonias que llegan sin ser tratados hasta el habitad natural de miles de especies marinas, sin importar el daño que estas puedan causar.
De acuerdo a los nativos del asentamiento, cuando la planta tratadora no estaba en el lugar, las personas utilizaban fosas sépticas para depositar los contaminantes y la playa Olvidada era utilizada como un balneario para quienes gustaban de desafiar las corrientes del mar abierto, lanzándose clavados desde las rocas en donde hoy azotan las olas de agua pestilente.
Los últimos estudios de agua y peces solicitados en este lugar en el año 2019 por la dirección de Acuacultura y Pesca del gobierno estatal, el agua del lugar presentaba bajos niveles de oxigenación, mientras que el PH se encontró descontrolado, producto de la materia sólida que se encuentra cubriendo el mar en playa olvidada.
En este lugar, la contaminación pareciera interminable e invisible para la autoridad municipal, debido a que en otros balnearios se erradican las descargas de aguas cada vez que son evidenciadas, sin embargo, en esta parte de Acapulco que los turistas no ven, pareciera que no hay apuro por dar solución, aunque el daño ambiental pueda ser grande.