A pesar de que estas vacaciones de Semana Santa ayudará al sector restaurantero a tener una mayor liquidez y pagar deudas, el vocero de colectivo Aislados pero Unidos, Enrique Castro Soto, señaló que existe el temor y sería un gran golpe económico, que después de concluir las dos semanas se asueto se regrese a Semáforo Rojo.
“Es una temporada que esperamos con buenas espectativas pero también con la ocupación y la preocupación de qué no termine en regresar a un semáforo rojo”.
Consideró que es una semana importante que les permitirá tener una mayor liquidez y pagar deudas que vienen arrastrando desde que inició la pandemia.
Castro Soto, dijo que esperan que después de la Semana Santa no los regresen a Semáforo Rojo, porque eso es lo que impacta a los negocios, “de nada sirve que tengamos ventas, si pasando vacaciones nos van a restringir de manera fuerte en cuanto a horario, aforo y nos quitaron música viva”.
“Si es un golpe duro para la economía no sólo para los restaurantes, hay una gran cadena de empleo directos e indirectos que se brinda y es nuestra preocupación y hay que cuidar”.
El vocero del colectivo de restaurantes Aislados pero Unidos, pidió que las autoridades sean parejos en los operativos porque de nada va servir que durante la semana Santa se enfoquen en la franja costera y se deje de lado los focos más importantes de contagio, que han señalado que son los mercados y el transporte público.
Reconoció la labor que están haciendo en las playas, porque es un punto muy difícil de poner orden y hoy se ha visto que ya lo hay.
De 180 socios que integran el colectivo, por la pandemia 20 han cerrado y sólo tres han podido abrir durante las vacaciones de Semana Santa.
La gran mayoría de los negocios estaban operando con un 50 por ciento del personal y se está recuperando el 30 por ciento de los empleos, luego de representar a 4 mil 300 trabajadores.