Así se vivió la edición 54 de la Pasión de Cristo en el poblado El Kilómetro el 30

En esta ocasión el número de asistentes fue menor al del año pasado, que los organizadores atribuyeron al problema de la inseguridad

Celso Castro Castro

  · sábado 20 de abril de 2019

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

El sol caía aplomo y el hijo de Dios, alzó la mirada al cielo, como si tratara de ver a su padre entre las nubes, mientras que la sangre fluía de ambas manos y pies, al ser clavado a la cruz por soldados romanos, hasta que exhaló su último suspiro y murió.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Fue así como que se cumplió la edición número 54 de la escenificación de la pasión de Cristo, en el poblado del Kilómetro 30, en la que tomaron parte alrededor de cien actores, que fueron encabezados por Miguel Méndez Neri, quien por primera vez interpretó al mesías.

Aunque en esta ocasión el número de asistentes fue menor al del año pasado, que los organizadores atribuyeron al problema de la inseguridad, pero la recreación de este pasaje bíblico se trató de hacer lo más apegado a lo que sufrió el hijo de Dios a manos de sus verdugos.

Todo empieza cuando Jesús, es llevado ante Poncio Pilatos, papel que le tocó encarnar a Agustín Peralta Morales, para que sea juzgado a petición de los fariseos, que lo acusaron de decirse el rey de los judíos, pero ante la súplica de su esposa Claudia, que personifico Socorro Torres García, ordeno enviarlo con Herodes, personificado por Leobardo Hernández Suástegui.

Pero lo regresa con Poncio y este ordena que le den latigazos y lo pone a un lado de Barrabas, que le dio vida Jorge Andrés Ramírez González, para que la muchedumbre elijan a quien deben liberar, porque era costumbre que en viernes santo se liberara a un delincuentes, pero todos piden sea absuelto Barrabas y piden que sea crucificado Jesús.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Jesús de Nazaret, inicial su calvario al lado de los ladrones Dimas (Salvador Torres Reyes) y Gestas (Rogelio Cruz Bautista), cargando el pesado madero y sufriendo un castigo inmisericorde, al caer por ser demasiada pesada la cruz.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Al final, el hijo de Dios es clavado a la Cruz, de manos y pies, por soldados romanos, que ríen mientras agoniza, exclamando “padre mío, ¿porque me has abandonado?”. Luego, un soldado romano le da con una esponja vinagre y así, se consuma su sacrificio por la humanidad y da sus últimas palabras “Padre, perdónalos, no saben lo que hacen.

Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”, y, expiró.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Así concluyó esta representación, que ahora tuvo un recorrido de dos kilómetros y el cerro del monte Calvario, se cambió a un costado del panteón, casi a la salida por Dos Arroyos.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco