Desde la parte más alta de Acapulco, municipio considerado como el centro de la pandemia del Covid-19 en Guerrero, un sacerdote católico buscó la bendición divina del santísimo sacramento para detener la ola de contagios que diariamente ocasionan la muerte de ciudadanos.
Las últimas tres semanas han sido críticas en el puerto conocido como la perla del Pacífico, debido a que es donde mayormente se registran personas infectadas con el nuevo coronavirus, van casi dos mil y más de 200 defunciones de personas que sufrieron complicaciones respiratorias severas.
En medio de tanta preocupación y hospitales saturados, el párroco del barrio de Tambuco, Juan Carlos Flores Rivas, celebró una misa solemne a los pies de la imagen monumental del Cristo de la Misericordia instalado en el cerro del Encinal en el ejido de Carabalí, lugar que cuenta con una majestuosa vista hacia la bahía de Acapulco, donde pidió a Dios porque el fin de la pandemia llegue pronto, dejando así de crear dolor en las familias que han sufrido pérdidas de seres queridos.
"Señor salva a Acapulco, señor mira a todos los que tienen esta enfermedad, señor da tu fortaleza a todas las enfermeras para que y trabajadores de los hospitales, señor bendícenos", imploró.
La misa se realizó a las 10 horas de este jueves de manera privada, debido a que el semáforo covid todavía tiene a Guerrero como foco rojo de infecciones y las actividades eclesiásticas continuarán sin la presencia de fieles, a pesar de que se había informado que en algunas partes de la entidad se reanudarían las celebraciones en iglesias con medidas de higiene pertinentes.