A pesar de la adversidad por la destrucción del restaurante Copacabana, están dando servicio al público y cuidando la fuente de empleos de 60 personas.
William Hernández Cuevas en su carácter de encargado del negocio, relató que la fuerza destructiva del huracán Otis, acabó en minutos con todo el inmueble.
El 25 de octubre la palapa ya no existía y solo quedaban algunos troncos en pie, así que tuvimos que partir de cero y a empezar con la limpieza, que nos llevó un poco más de un mes.
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Indicó que es importante reconocer el trabajo de la Promotora de Playas, porque al hacerse cargo de retirar todo el escombro y la basura, permitió que pudieran reabrir hace dos semanas y decir que lo hicieron con sus propios recursos.
El empresario restaurantero, Hernández Cuevas, refirió que a pesar que no están todavía al cien por ciento, porque continúan los trabajos de reparación del restaurante, sus clientes los siguen prefiriendo.
Este jueves tuvieron una importante afluencia de familias que acudieron a divertirse y degustar su pozole, en verde y blanco, acompañado por una rica variedad de botana.
Además, de desestrarse con la música viva y su ya de por sí tradicional variedad de imitadores de artistas consagrados, muy a su estilo.
Admitió que Acapulco atraviesa por momentos difíciles, pero también que están todos unidos para que este de pie y que en estas fiestas decembrinas dé su mejor cara a los turistas.