Comerciantes de juguetes fabricados artesanalmente, lamentaron que los avances tecnológicos hayan mermado sus ingresos, debido a que los niños prefieren tabletas electrónicas y teléfonos celulares inteligentes, en lugar de un carrito un caballo de madera.
Para el señor José Vargas Francisco, quien es originario del estado de Puebla y desde hace 10 años instala un puesto semifijo en la calle Velázquez de León con motivo del Día de Reyes, aseguró que cada año se regresa a su ciudad natal con más juguetes sin vender, debido a que las ventas van en picada como consecuencia del acceso que los menores de edad tienen a la tecnología.
El comerciante aseguró que lo anterior afecta a muchos habitantes del municipio de Huauchinango, quienes se dedican a la elaboración de estos artículos que tienen costos de hasta 250 pesos.
“El año pasado si vendimos poco, o sea que no los acabamos de vender, nos sobraron bastantes, ya se vende poco; año con año como que se va vendiendo más poco. Por lo mismo de que hay otros juguetes que los niños piden, ahora le gustan las muñecas que caminan, con baterías y ya mucho niño le gusta un celular”, dijo.
Vargas Francisco, relató que son pocos los niños que se acercan a sus puestos en búsqueda de un avión, un tráiler, un yoyo, un trompo o un futbolito, debido a que son atraídos por otros de mayor costo, con los cuales no tienen que echar a volar su imaginación para divertirse.
Agregó que, a pesar de los bajos número, él y su familia continuará vendiendo estos juguetes hasta que la vida se lo permita ya que pretende preservar la tradición de hace años.