Bilachye Palanquetius un haitiano de casi 50 años de edad, y quien desde hace tres años sueña con llegar a los Estados Unidos en busca de una mejor vida para él y su familia, es parte de los 61 haitianos que desde este fueron miércoles abandonados por personal de Migración en este destino de playa.
El pasado día 9 de septiembre hace ya tres meses, Bilachye junto con otro grupo de haitianos entre estos 22 menores de edad y 4 mujeres embarazadas, salió en caravana de Haití su país de origen y donde desde el 2010 se sufre de una pobreza muy extrema a consecuencia del terremoto que acabó con gran parte de ese lugar.
"Tenemos tres meses recorriendo país por país, caminando por la selva con los niños deshidratados con mujeres embarazadas hasta llegar a México, un país grande y con muchas oportunidades para trabajar y tener un poco de dinero para mantener a la familia que está atrás", expresó minutos antes de recibir un plato con comida que acapulqueños a bordo de sus automóviles les hicieron llegar como ayuda humanitaria.
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El haitiano que en algún momento representaba a sus compatriotas por ser uno de los que poco habla y entiende el español, dijo que Haití es una nación de muchos, muchos problemas desde el terremoto del 2010, y los cuales aumentaron de manera muy considerables con el asesinato de su presidente de 53 años de edad, Jovenel Moíses en julio de este año.
Con una sola mochila en la que se carga lo más básico para él, su esposa y sus dos pequeños hijos, una niña de seis años y un niño de ocho, emprendió su caminar la noche del 9 de septiembre con la finalidad de llegar a los Estados Unidos luego de haber estado también por un tiempo en Brasil.
La situación en la que nos encontramos, nos obliga a salir de nuestro país y en ocasiones dejar lo poco o nada que se pudo haber tenido con mucho sufrimiento.
El sueño de los Estados Unidos, para Palanquetius también podría estar en estos momentos, fuera de su memoria debido a que en México, ha encontrado un país grande, humanitario y con un gran oportunidad para trabajar y lograr un poco de dinero para mantener a lo que llamó lo más importante, su familia.