Integrantes del Consejo de Desarrollo Rural Sustentable alertaron que habrá hambruna en las comunidades de la zona rural del puerto de Acapulco, porque no se aplicó a cabalidad el presupuesto de un poco más de 43 millones de pesos para la distribución de la semilla y la siembra de 25 mil hectáreas.
Virginia Trani Torralba, dirigente del Consejo, reprochó que autoridades, como la Seder, Sagadegro y el municipio, se niegan a informar cómo se dispersó el recurso y por qué los productores del campo están en crisis, pues reportan que no tendrán cosechas en esta temporada por la falta del grano.
Por esto, aseguró que las familias de las comunidades rurales no dispondrán de maíz y esto se traducirá en una crisis alimentaria; pero además que el precio del kilo de tortilla va a superar los 30 pesos, lo que lo convertirá en inalcanzable para los más pobres del municipio de Acapulco.
La presidenta municipal Abelina López Rodríguez, debe apoyar a los productores del campo y destinar el excedente por concepto del cobro del impuesto del predial, para apoyar a las familias más pobres del municipio que serán las más golpeadas por la crisis, dijo Trani Torralba.
Por su parte, la dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, Pilar Campos Tapia, aseguró que el desarrollo rural ha sido golpeado muy fuertemente en las últimas administraciones; "la situación es muy grave. Se ha dicho mucho, que se está garantizando la alimentación del mexicano, cuando no se está sembrando lo que presume la parte gubernamental".
Dijo que urge que se analicen los políticas públicas para el campo; "de por sí el presupuesto de 43 millones y un poco más fue muy pobre, de los cuales 31 millones se están dejando para la ganadería, pesca y agricultura. Argumentan que para el campo se entregaron 4 mil 900 paquetes de semilla y 9 mil 500 de fertilizante que es programa federal".
Se asegura que se sembraron 25 mil hectáreas de maíz, sin embargo, en los hechos hay otra realidad, por lo que ahora se niegan a rendir cuentas de un recurso que no es de ellos y se niegan a reconocer que el campo está jodido.