La crisis económica generada por la pasada pandemia del Covid-19 en el 2020 y el problema imparable de la violencia que genera el cobro de piso y extorsiones, han provocado el cierre de establecimientos comerciantes del mercado de Santa Lucia en la zona de Caleta en el Acapulco Tradicional.
Según los propios locatarios que siguen manteniendo su fuente de ingreso y patrimonio con las pocas ventas de sus productos, en el mercado de Santa Lucia de Caleta, se ha vivido una severa crisis económica que, aunado con la inseguridad, ha obligado a los locatarios a bajar las cortinas de sus puestos y en otros casos, reducen los días de trabajo para disminuir los gastos que representa tenerlos abiertos.
Son poco más de 200 los puestos en el mercado Santa Lucia, de estos por lo menos unos 55, están cerrados debido a que sus propietarios, no pueden en este momento mantenerlos funcionando por la crisis en la que se encuentran, la cual se complicó más en los dos años de pandemia del Covid-19 donde no se trabajó ni para tener recursos y pagar deudas a proveedores.
Lee también: Se mantiene la anarquía en los mercados de Acapulco
La zona de Caleta y Caletilla, es la más complicada en cuanto a la crisis económica que se sufre en la ciudad, además del olvido en el que se encuentra por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno al no impulsar proyectos de gran impacto que sirvan para volver a promocionar turísticamente este punto de Acapulco a nivel nacional e internacional.
Al igual que otros centros de abasto de la ciudad, el mercado Santa Lucia, se ha mantenido en el olvido de las autoridades, sobresalen locales cerrados, deteriorados, con estructura metálica vieja, sin pintar y muchos de estos, infuncionales, cerrados debido a la crisis económica y la violencia que es otro de los problemas que se ha incrementado en esa parte del Acapulco Tradicional.
Ana María Espinoza Estrada, comerciante establecida en el mercado Santa Lucia, dijo que el sector comercial del Acapulco Tradicional, sufre de una severa crisis que los está llevando a la quiebra de sus pequeños negocios comerciales de donde hace años se habían estado manteniendo miles de familias acapulqueñas.
“La crisis nos ha pegado duro, además de la violencia que no sólo afecta a ciudadanos sino también a este sector, que está obligado a pagar cuotas, derecho de piso, además de grandes cantidades para obtener los permisos, las licencias y los servicios públicos que hoy en día tampoco se pueden cubrir con lo poco que ingresa por las ventas de la mercancía”, señaló.
Dijo ser propietaria de dos locales de venta de ropa y de productos de playa en el mercado Santa Lucia, sin embargó sólo uno tiene abierto en este momento por no tener dinero para surtir el segundo de sus puestos el cual tiene más de tres años cerrado y con deudas en servicios y pagos de licencias de funcionamiento con el municipio.
En este mismo sentido, Anastasio Flores, comerciante en el mismo mercado, manifestó que en ocasiones los ingresos no son suficientes para cubrir los gastos ni de alimentos, menos para pagar las extorsiones que sufren, los servicios de luz, agua y las licencias anuales.
“No tenemos ni para pintar las cortinas de los locales, preferimos cerrarlos para no pagar nada, y mejor salirnos a la playa a vender lo poco que tenemos, sobre todo luego de la pandemia que no sólo nos afectó en cuestiones de salud, sino también en los patrimonios que hasta antes del 2020 teníamos como comerciantes”, dijo.
Expresó que muchos de los puestos cerrados, no los pueden ni vender como propiedad debido a que se debe mucho en servicios y en licencias de funcionamiento, por eso mejor mantenerlos con las cortinas abajo y con la esperanza de que en algún momento la situación cambie en la ciudad.
Las licencias de funcionamiento para un local en un mercado de la ciudad, tiene diversos costos económicos considerando la magnitud del local, además de un pago de 213 de uno a 11 metros cúbicos por servicio de agua potable con toma de micro comercio, y el servicio de energía eléctrica que representa un pago que va de los 200 a 250 pesos por recibo a la CFE.
