Un silencio sepulcral invade la vieja estructura de la plaza de toros Caletilla, escenario de triunfos de grandes maestros de la fiesta brava, algunos novilleros y otros consagrados toreros, que avivaron los olés más intensos y los aplausos más sonoros de los que gustan y son apasionados de la tauromaquia.
El coso de Caletilla, fue construido por el empresario hotelero Ricardo Rico Pani, quien invirtió en la obra 4 millones de pesos, según el cronista de Acapulco, Anituy Rebolledo Ayerdi, quien refiere que fue edificado por el arquitecto Mario Pani Darqui, en la zona del Acapulco Tradicional.
Esta construcción monumental, apareció a propios y extraños, por su estructura sólida y funcional, con capacidad para cinco mil personas sentadas, con un ruedo amplio, burladeros, pasillos, corral y matadero.
El corte del listón inaugural corrió a cargo del gobernador sustituto Dario L. Arrieta Mateos, acompañado del alcalde de Acapulco, Efrén Villalvazo Alarcón, el 21 de mayo de 1955, con la presentación de los espadas Juan Silveti, Jorge "Ranchero" Aguilar y Curro Ortega, para lidiar toros de la ganadería Pastejé, propiedad de Carlos Arruza y teniendo como testigos a la élite de los apasionados a los tendidos.
Según los viejos aficionados a las corridas de toros, el empresario Ricardo Rico Pani, se vio influenciado por el éxito que tuvieron dos plazas de toros construidas de madera, que fueron pioneras de la fiesta brava en el puerto de Acapulco, por lo que encontraron invertir en este majestuoso coso, único en su época en Latinoamérica.
En este ruedo vivieron momentos de gloria novilleros y matadores, pero también hubo percances graves, como el que sufrió Antonio Sánchez, Ernesto Sanromán "El Queretano", ambos cornados en el vientre, el del español José Luis Parada, quien sufrió la embestida de un astado que le seleccionó la arteria femoral o la del novillero Manolo Rangel quien el toro que le tocó en suerte con el pitón le rasgó los testículos dejándolos al descubierto.
Un momento de gran relevancia, porque cambio su destino a un joven novillero en esta monumental plaza de toros, fue a Manuel Acha, "El Bola", quien al enfrentarse al astado que le tocó en este cartel, fue empitonado ya raíz de esta herida abandonó los ruedos y cambió su profesión a cantante debutando años más tarde con el nombre de Emmanuel.
Sobra decir que en este escenario partieron plaza grandes figuras como Carlos Arruza, Paco Camino, Manuel Benítez, El Cordobés: Manolo Martínez, Juan Selveti, Manuel Capetillo, Eloy Cavazos, David Silveti, Miguel Espinoza "Armillita Chico", Gastón Santos, el rejoneador Pablo Hermosa de Mendoza, El Juli, entre otros muchos más.
Pero su esplendor se fue opacando, la baja afluencia de turistas internacionales y nacionales, ocasionalmente que los festejos se decayendo y paralelamente este majestuoso recinto también se fue deteriorando y su estructura actualmente registra los daños por la falta de mantenimiento, la madera se pudre y se agrietaron los muros.
Cabe destacar, que a pesar que el propósito original fue que el coso fuera exclusivo para las corridas de toros, para poder sobrevivir se renta para fiestas privadas, bailes populares, funciones de box y lucha libre, incluso para actos religiosos, porque las temporadas de la fiesta brava han tenido una mínima afluencia de la afición taurina.
A esto hay que añadir que la empresa propietaria del inmueble, ha dejado de invertirle y no hay promoción de los festejos que llegan a organizarse, lo que ha generado pérdidas económicas significativas, que hace imposible poder recuperar el esplendor que tuvo del 55 hasta los años años 80
estaba cerrado, la pandemia del Covid-19, fue un factor que interrumpió los intentos de presentar un cartel digno de matadores de toros, por lo que su futuro es incierto y se comenta que van a venderlo, aunque no existe un comunicado oficial de los dueños.
Lo cierto es que la plaza de toros Caletilla, sigue en decadencia y sin oportunidad de revivir viejas glorias cuando hicieron el paseíllo los toreros que marcaron época y que abandonaron un gran recuerdo con sus destacadas actuaciones con la muleta y la espada en este recinto, que hoy vive solo de la añoranza de aquellos años que no volverán.