Como si fueran dibujos rupestres de la época cavernaria permanecen impávidas varias pintas que contrastan la vista de la playa Condesa en uno de sus accesos ubicados junto a un edificio y conocido restaurante de la ciudad.
La zona, se muestra como uno de los diez polígonos con mayor incidencia delictiva de la ciudad y permanece, desde hace varios meses, con sus muros con diversas leyendas de algún suburbio.
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Turistas y lugareños que caminan por el lugar, no solo tienen que acostumbrarse a mirar las pintas con distintos letreros de varios colores que han sido colocados por algunos desubicados que demuestran poca o escasa cultura o son artistas retro que buscan en paredes de restaurantes y algunos condominios del lugar su forma de expresión abstracta.
Aunado a las pintas, los ciudadanos también deben soportar los pestilentes olores que emanan de restos de comida que son acumulados en este acceso que se ubica entre el restaurante Alexos y un condominio de la zona.
Botes de refrescos, envases de cerveza, platos de unicel con restos de comida en descomposición, son parte de la vista que contrasta con la belleza del morro de piedra de la Condesa que luce inamovible a pesar del impacto desequilibrante que muestra esta zona de la ciudad.
La basura, según algunos prestadores de servicios, son arrojadas por algunas personas que acuden a este balneario a pasar la tarde o por turistas que no colocan la basura en su lugar.
