A pesar de los daños ocasionados por el huracán Otis a las vías de comunicación, transportistas y algunos pequeños comerciantes tienen que pagar la cuota a los grupos criminales para poder trabajar.
De acuerdo a un testimonio de un líder transportista, que pidió la omisión de su nombre por razones de seguridad, dijo que no han podido salir a trabajar por las malas condiciones de calles y avenidas, pero tienen que cumplir con el pago de la cuota.
"El sitio de taxis al que pertenezco tenemos que cumplir con la aportación a los grupos delincuenciales para que nos dejen trabajar y tampoco arriesgarnos a que atenten contra nuestra vida", precisó.
¿Pero cómo cumplen con el pago de la extorsión? En ese sentido, explicó que anteriormente depositaban a un número de cuenta en una tienda de conveniencia, pero ahora pasan a pedirles la cuota a su sitio, por lo general dos personas.
Mientras que algunos comerciantes de la zona suburbana que abrieron sus negocios y que empezaron a cubrir la demanda de los afectados por el meteoro, también dicen que tienen que cubrir la cuota a los grupos de malvivientes que controlan la zona.
El problema es que se carece de vigilancia policíaca, según explican desde el anonimato, toda vez que el personal del Ejército Mexicano, Marina Armada de México, Guardia Nacional y Policías Estatales, solo realizan recorridos por las avenidas principales y cuidan las tiendas comerciales que fueron saqueadas.
Por ello, transportistas y micro y pequeños comerciantes están a merced de la inseguridad, aunque no existen reportes de robos y asaltos, que atribuyen a la presencia de la delincuencia organizada en toda esa zona de la periferia del puerto de Acapulco.