Este 9 de octubre, Acapulco cumple 27 años de una de las peores tragedias que un fenómeno natural provocó en esta ciudad, un huracán categoría 4 llamado “Paulina”, pegó de lleno en el puerto y a su paso arrastro con todo lo que encontró, desde casas, carros, negocios, espectaculares hasta mujeres, hombres y menores de edad, que también se convirtieron en víctimas de este fenómeno natural.
La madrugada de aquel 9 de octubre de 1997, es una fecha que no se olvida, sobre todo para aquellas familias acapulqueñas que no solo perdieron todo su patrimonio, sino también a uno de sus seres queridos que fue arrastrado por la intensa corriente que invadió canales pluviales, cauces y los ramales de los arroyos que se desbordaron sin importar a quien afectar.
Ya son 27 años de recuerdos, 27 años de tristeza pero también de no haber aprendido la lección que dejó este huracán catalogado por los expertos como más mortífero, el más destructivo y el más costoso para los gobiernos en cuanto a a los trabajos de reactivación de este destino de playa para muchos el más importante en este rubro en todo el país y el mundo.
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A la fecha en Acapulco, se sigue teniendo sitios de riesgo, alto riesgo e inundables que siguen siendo los principales sitios que representan el mayor peligro para miles de familias que pese a todo se mantienen viviendo en estos sitios que en 1997, fueron destruidos por el potente huracán que alcanzó ráfagas de más de 215 kilómetros por hora, además de un récord de 411.2 milímetros de agua acumulada en menos de 24 horas.
En Acapulco existen alrededor de unos 286, sitios de riesgo y de alto riesgo, además de 119 zonas inestables que también son consideradas como inhabitables, a estas se le suman las partes inundables como la zona Diamante donde existen más de 28 desarrollos habitacionales entre fraccionamiento de lujo y casas de interés social, que no solo en Paulina fueron afectadas sino en cada temporada de lluvias resultan inundadas.
Según las autoridades de gobierno, las inundaciones, la fuerte corriente y los destrozos de casas, calles y toda tipo de inmueble, dejaron en Acapulco poco más de 400 personas muertas, entre ellas varios menores de edad, personas adultas que sus cuerpos eran apilados en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo), donde posteriormente eran reclamados por algún familiar y otros tantos fueron llevados a la fosa común.
Paulina, se llevó grandes propiedades que en su mayoría se encontraban construidas en sitios no aptos para vivir como el as colonias Palma Sola, María de la O, la misma Progreso donde el huracán le quitó la vida a familias completas que se encontraban dormidos cuando fueron arrastrados por la corriente, así como Ciudad Renacimiento, la Emiliano Zapata, el fraccionamiento Simón Bolívar, Puerto Marqués, Llano Largo, La Zanja, Unidad Luis Donaldo Colosio, Paseo de la Sabana, Paso Limonero, la parte alta del Infonavit Progreso.
Además de la colonia Chinameca, Ángel Aguirre, Tamarindos, La Jardín en sus tres secciones, Llano Largo, Sabana, Santa Cecilia, Genaro Vázquez, la Generación 2000, la unidad habitacional El Coloso, La Maquina, Primero de Mayo, Lirios, Nueva Jerusalén, Pie de la Cuesta, Cinco de Mayo, Vacacional, Paseo de la Sabana, la misma costera Miguel Alemán a donde todo llegó desde la parte alta de la ciudad.
El huracán paulina, paralizo en su totalidad la economía de la ciudad, líneas aéreas suspendieron vuelos y centrales de autobuses pararon el servicio lo que provocó que cientos de turistas nacionales y extranjeros permanecieran varados en este destino de playa, fueron suspendidos por los severos daños, servicios de energía eléctrica, telefonía, internet, además de agua potable, recolección de basura.
Carreteras colapsadas, cultivos bajo miles de litros de agua, y una millonaria perdida económica que fue considerada en más de siete mil 500 millones de pesos lo que representaba en dólares en ese momento 80 mil millones.