Su juventud la vio pasar en su puesto de venta de tamarindo, comenta doña Francisca Mena Bahena , pero satisfecha porque de aquí ha sostenido su hogar y actualmente las ganancias le permiten para irla pasando.
Tengo 40 años aquí en mi puesto de venta de pulpa de tamarindo, que tengo en el Zócalo, dice con una expresión de satisfacción, al tiempo que se queja porque “ha bajado la venta, ya no es como antes, que llegaban los turistas y compraban como recuerdo ”.
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¿De qué sabores tiene?
Tengo de cuatro sabores, de chile, chile de dulce, de dulce y de sal , pero también tengo cocada de leche, de dulce de coco, guayaba y las barritas, que son las preferidas de los chilangos.
¿Toda su familia se ha dedicado a vender pulpa de tamarindo?
Antes, ahorita mi mamá ya no, sólo yo estoy en el puesto vendiendo el producto, pero no hay clientes, pero aquí sigo a ver si vendo algo.
¿De aquí ha sostenido a su familia?
Sí, todos mis hijos estudiaron y tienen su carrera de la venta de la pulpa de tamarindo, de esto los di manutención y los formé.
Alguno de sus hijos se dedica también al comercio…
No, ellos están trabajando en otras cosas, como le digo, sólo yo sigo con la venta de la pulpa de tamarindo.
¿Qué días vende más?
Los fines de semana, la temporada de vacaciones y en Navidad y Año Nuevo, es cuando se incrementa la venta y tengo ganancias, ahorita sólo voy sacando para comer.
Admite que en este puesto vio pasar su juventud, pero no se arrepiente y sólo pide a los turistas de la Ciudad de México que se dejen venir, que Acapulco está más bonito y que le compren, porque también vende ropa de playa, “hay que buscarle a todo ”, finaliza diciendo doña Francisca.