Pasión de Cristo en el Kilómetro 30

Se realizó la 54 edición de la personificación del Viacrucis en el Kilómetro 30

Celso Castro/El Sol de Acapulco

  · viernes 29 de marzo de 2024

Momento de la crucifixión en la representación de la Pasión de Cristo en el poblado del Kilómetro 30. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Ni el inclemente sol fue obstáculo para que decenas de personas se dieran cita para presenciar la edición 54 de la escenificacion de la Pasión de Cristo, en el poblado El Kilómetro 30.

Este viernes santo, esta población que se localiza a 23 kilómetros de distancia del puerto de Acapulco, volvió a cobrar vida con esta puesta en escena en la que tomaron parte 45 actores.

Jesús de Nazaret fue personificado por el joven Rivaldo García, quien a pesar de su baja estatura cumplió a cabalidad con su papel.

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Según el pasaje bíblico, el hijo de Dios es apresado en el huerto de los Olivos y llevado a juicio ante Pilatos, que personificó Marco Antonio Valdez, quien al no ver culpabilidad por el hecho de decirse el rey de los judíos, lo envía con Herodes que fue interpretado por Denis Felipe Alarcón.

Después, este último decide que sea juzgado por Pilatos y cuando lo llevan con el gobernador al hijo de Dios, éste ordena que lo azoten y lo trata de cambiar con Barrabás.

Sin embargo, el grupo de Filisteos se oponen y liberan a Barrabás, exigiendo que al galileo le den muerte en la Cruz, iniciando así el Viacrucis.

La columna humana bajo hasta la carretera federal México-Acapulco, por donde Jesucristo camina llevando la cruz a cuestas, a su lado lo hacen Dimas y Gestas, que son caracterizados por Humberto Piza y Miguel Neri, respectivamente.

Jesús durante el trayecto es azotado y golpeado, cayó al suelo en tres ocasiones antes de ser clavado a la cruz, en donde implora "Padre mío, ¿porqué me has abandonado?".

Los Romanos le colocan la corona de espinas a Jesús, en la representación de la Pasión de Cristo en el poblado del Kilómetro 30. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Un soldado Romano se le acerca y le pide agua, es cuando con la punta de su lanza le da vinagre y es así como eleva una plegaria: "perdónalos Padre mío, no saben lo que hacen".

Después del eterno sufrimiento el hijo de Dios expira, no sin antes exclamar "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".

Fue así que se dio vida a este pasaje bíblico de las últimas horas de vida de Jesús de Nazaret, en el poblado El Kilómetro El 30.