Unos 50 trabajadores de los Juzgados Penales ubicados en el Centro de Reinserción Social en Acapulco pararon labores y cerraron las oficinas para solicitar que las instalaciones cuenten con auxilio médico.
Los trabajadores, entre secretarios de acuerdos, administrativos, manifestaron que el miércoles una trabajadora se desmayó y convulsionó en los sanitarios de las oficinas.
Lo anterior, debido al hostigamiento laboral y el trabajo extra que les dejan los jueces, y que no hubo quién la auxiliara.
Asimismo, denunciaron malos tratos por parte del Juez Quinto Penal, Alberto Aguirre Rivera.