A menos de un año de que Acapulco fuera severamente golpeado por el huracán Otis categoría cinco, este destino de playa volvió a ser devastado por otro fenómeno natural que dejó bajo millones de litros de agua a miles de viviendas, cientos de árboles colapsados, carreteras destrozadas, puentes caídos y calles y avenidas inundadas de tierra y toneladas de lodo.
La noche del 24 de octubre y madrugada del miércoles 25 de ese mismo mes del 2023, la ciudad fue severamente golpeada por la intensidad de las ráfagas superiores a los 300 kilómetros por hora que impactó la ciudad por más de cuatro horas.
Al amanecer del miércoles 25 de octubre, luego de una noche de terror por las ráfagas de viento que desprendieron techos, rompieron ventanas y arrasaron con todo lo que se puso a su paso, este puerto considerado como el destino de playa más importante del país, amaneció devastado en su totalidad.
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En avenidas y calles de todas las colonias, se observaron postes y árboles caídos, carreteras intransitables, miles de negocios destruidos y rapiñados por acapulqueños, además de hoteles y condominios que fueron arrasados.
Miles de casas amanecieron sin techos, sin bardas y en algunos casos varias familias registraron la pérdida de algún ser querido que también se lo llevó el potente huracán Otis. A la fecha, aún hay personas que no han sido localizadas y que se hundieron en el mar.
Según el gobierno y representantes de cámaras empresariales, el potente huracán Otis de categoría cinco, dejó daños en Acapulco equivalentes entre los 265 a los 280 mil millones de pesos, además de afectaciones en más de 280 mil viviendas, así como unos 600 inmuebles entre hoteles y condominios que a un año siguen cerrados y con una imagen de destrucción que no ha sido rehabilitada.
El huracán, no solo dejó en Acapulco daños estructurales en casa, condóminos, negocios y hoteles, sino también la muerte según autoridades oficial de entre 45 a 50 personas entre estas tres extranjeros uno estadounidense, otro más de nacionalidad canadiense y el último un británico, a los muertos se sumaron 47 desaparecidos entre estos trabajadores de embarcaciones que se encontraban a bordo de yates de recreación.
Además de los muertos, desaparecidos y los daños en la industria hotelera, la rapiña que dejó pérdidas de más de mil 500 millones de pesos, la generación de 600 mil toneladas de basura en las calles y avenidas de Acapulco, dicha cantidad de desechos sólidos representa la cifra de toneladas que se podrían tener en la ciudad durante tres años según el ayuntamiento que puso en marcha operativos para la recolección.
El huracán Otis hace un año, también dejó a su paso por este destino de playa una parálisis total de la economía que afectó a miles de familias que buscaron a través de la entrega de las despensas y los apoyos económicos de la federación sobrellevar la falta de empleos que fueron cerrados en las empresas, la falta de artículos de primera necesidad ante el cierre de tiendas comerciales, mercados y tiendas de autoservicio.
La reconstrucción de Acapulco, inicio lentamente previo al paso del huracán Otis, en algunos puntos de la ciudad, se procedió a la recolección de miles de toneladas de basura, mientras que en otras partes miles de trabajadores de la CFE, reinstalaban postes y cables para restablecer el servicio de energía eléctrica que también quedo suspendido por el paso del fenómeno natural, otro de los servicios que quedó paralizado fue el de telefonía e internet, así como el aéreo y de autobuses que no dieron servicio por varios días en todo Acapulco.
En la zona Diamante cientos de condominios considerados de gran lujo, quedaron destrozados debido al frágil material con el que fueron edificados, hasta la fecha estos siguen sin ser rehabilitados el 90 por ciento de estos debido al retraso de los pagos de los seguros por siniestros que varias aseguradoras no han cubierto el recuso que se requiere para empezar los trabajos de remodelación.
La reconstrucción de todo Acapulco, se frenó por el nuevo huracán John que inundó con millones de litros de aguas negras las colonias y las calles bajas de la ciudad, el desbordamiento de la laguna negra de Puerto Marques, así como ríos, cauces y arroyos que inundaron miles de casas las cuales a un mes del nuevo meteoro continúan anegadas.
Ante las inundaciones ocasionadas por John, autoridades del gobierno federal, del estado y del municipio, dieron a conocer que esta situación obligaba a pensar en la reubicación de familias de por lo menos 15 asentamientos humanos ubicados en la zona Diamante, sin embargo al paso de los días el número de familias descendió a escasas 300 de cinco colonias entre estas, La Libertad, Lázaro Cárdenas, San Agustín, Manantiales y Parque Ecologista ubicada en la zona Diamante.
Las inundaciones por John se registraron por irregularidades en la entrega de licencias de construcción con un cambio de uso de suelo en lugares no aptos para un asentamiento humano, este problema ha generado acusaciones entre ex alcaldes de administraciones pasadas quienes además se han deslindado su responsabilidad.
En Acapulco durante el Otis, la ayuda de varios estados del país, no se hizo esperar, al igual que el de la Sedena, la Marina, la Guardia Nacional quienes se dedicaron a la reactivación de la movilidad en la ciudad. Aplicando acciones para poder abrir pasos, retirar miles de toneladas de escombros y un largo, retiro de rocas deslavadas de los cerros, evacuación de personas, además de ofrecer ayuda de movilidad con unidades oficiales que recorrieron miles de kilómetros en colonias, unidades habitacionales, fraccionamiento y comunidades rurales.
Durante el proceso de limpieza y recuperación de la ciudad, miles de familias salieron de Acapulco y se refugiaron en otros municipios de la entidad como Chilpancingo una ciudad que se convirtió también en el centro de compra de víveres y combustibles que no había en Acapulco por los saqueos en mercados y tiendas comerciales después del paso del huracán.
Algunas de las familias que salieron luego e Otis, no retronaron a Acapulco por la devastación que se tenía, por la parálisis económica, por la falta de empleos, por el cierre de negocios y empresas así como por el estado en el que quedaron sus propiedades al no soportar las ráfagas de 300 kilómetros por hora.
El gobierno federal destino para la atención de la población afectada por el huracán Otis ocurrido en octubre del 2023, la cantidad de 61mil 313miloones de pesos, estos divididos en apoyos de ocho mil pesos para la limpieza de casas, más dos apoyos que van desde los 17 mil 500 pesos hasta los 40, 50 y 60 mil pesos a quienes se les considero sus propiedades como pérdida total en el censo realizado por los llamados Servidores de la Nación.
Acapulco no terminaba de ponerse de pie cuando el embate de un nuevo huracán vino a darle un nuevo golpe que lo mantiene en la lona en materia turística. A La destrucción que causó Otis, con sus vientos superiores a los 300 kilómetros por hora en octubre 24 y 25 del 2023, se sumó la inundación de John hace un mes.