El arzobispo de Acapulco Leopoldo González González dedicó este tercer domingo del mes de la Jornada de Oración por la Paz por los empresarios y trabajadores que han cerrado sus negocios por extorsión.

En su mensaje dominical a través de la página oficial de la arquidiócesis pidió hacer nuestra la petición del Papa Francisco: Que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados y que puedan gozar de la dignidad del trabajo y la belleza del descanso.

“Hoy se nos pide orar para que se transforme la precariedad e injusticia laboral y se reconozcan los derechos de los trabajadores y el esfuerzo de los empresarios”.

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González González lamentó que muchos empresarios y trabajadores la extorsión les roba no solo parte del fruto de su trabajo, sino también su paz personal y el deseo de trabajar.

Aconsejó no centrar la vida en la búsqueda de una ganancia cada vez mayor para tener más. “Los bienes de la tierra son limitados. Esa actitud excluye a muchos de la posibilidad de obtener lo necesario para vivir, es fuente de graves injusticias”, opinó monseñor.

El arzobispo de Acapulco añadió que una familia que carece de trabajo está más expuesta a dificultades, tensiones, fracturas e incluso a la desesperada y desesperante tentación de la disolución.