El miedo a lo desconocido, las amenazas del entorno, la violencia y hasta para pedir favores, los creyentes aumentan en torno a la imagen de la Santa Muerte, en el puerto de Acapulco.

Cada vez es más popular el culto a esta imagen espectral, a la que ataviada de colorida vestimenta y rodeada de veladoras, le profesan respeto y la colman de oraciones, en aras de que les provea seguridad y los proteja de las amenazas del entorno.

Cada vez es más popular encontrar altares dedicados a la Santa Muerte, por parte de los creyentes que reinventan el tiempo social en busca de su protección y refugio a los males del presente y hasta de los que piensan habrá en el futuro.

Con ello, se pone fin al mito que perduró por muchos años, que sólo los que vivían al límite de su vida, profesaban el culto a esta imagen, que simboliza el fin de nuestra existencia.

Hoy en día se ha comprobado que, no necesariamente tienen que ser policías, narcotraficantes o delincuentes, los que tienen esa creencia, pues el culto, incluso, lo profesan distintos grupos sociales y niveles socioeconómicos.

Lo cierto es que ya es una tradición creer en los milagros de la Santa Muerte, pues existe el mito que protege de los accidentes violentos al ser humano, incluso, hay políticos, que también participan en rituales que establecen membresía entre los que la profesan.