El panteón de Las Cruces, es un camposanto ya saturado con más de 45 mil bóvedas, de las cuales por lo menos el 50 por ciento de estas fueron construidas con concreto desde hace más de 25 años según cuanta la historia de algunos trabajadores de este lugar, donde se viven diferentes historias.
En este camposanto el segundo más antiguo del puerto de Acapulco, luego del panteón de San Francisco, ya no se tiene un espacio disponible para la solicitud de compra de las llamadas perpetuidad que permitiría la construcción de nuevas bóvedas fuera de las que ya se encuentran establecidas en el terreno.
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Ante la saturación hasta de los espacios que estaban considerados como pasillos dentro del cementerio, los cientos de personas que llegan al panteón para visitar alguna de las más de 45 mil tumbas, deben de caminar sobre el concreto de cada fosa, brincar los floreros y hasta las lápidas para poder ubicar el nicho que buscan en un gran laberinto.
En el 2003 en el gobierno que encabezó en Acapulco Alberto López Rosas, el cabildo aprobó la propuesta de clausurar el panteón de las Cruces para la compra de nuevos espacios, debido a la saturación que este camposanto ya registraba.
Son más de 15 las hectáreas de tierra en donde se encuentra situado el panteón de Las Cruces, en este espacio existen más de 45 mil bóvedas construidas, así como unas mil gavetas que también están utilizadas, evitando la construcción de nuevas para quienes soliciten un servicio de inhumación.
El ubicar una bóveda en este camposanto saturado, se ha convertido en un calvario para las personas que llegan al cementerio, ya que deben de caminar sobre las tumbas, muchas de estas viejas con lozas destruidas, llenas de basura lo que complica más la búsqueda de los familiares ya fallecidos.
Otro de los problemas a los que se enfrentan las personas que visitan el panteón, es la falta de señalamientos que determinen cada una de las secciones que se tienen en las más de 15 hectáreas de panteón.
Esteban Domínguez, trabajador señaló que el panteón de las Cruces tiene más de tres cuatro décadas de estar funcionando, ya no con nueva venta de espacios, pero si con la visita de familiares que llegan preguntando por el área donde se encuentra la tumba que visitaran.
“Es un problema muy fuerte que se tiene en el panteón Las Cruces, hay desorden, no se tiene señalamientos que haga más fácil la ubicación de las tumbas, se tiene una saturación total, se llegaron a vender hasta las áreas que eran destinadas para caminar”, dijo.
La saturación del camposanto obligó a que las autoridades del ayuntamiento de Acapulco, pusiera en funcionamiento el nuevo panteón El Palmar en noviembre del 2003.