Empujando su carrito de paletas , Sergio recorre todos los días las playas del puerto de Acapulco, para ofrecer sus helados a los turistas.
Aunque la franja de arena dificulta que ruede el carrito, es más férreo su objetivo de vender su producto a sus clientes potenciales que disfrutan del mar.
Aún cuando los rayos del sol le caen a plomo, Sergio sigue por toda la orilla del mar, ofreciendo helados de todo tipo de sabores.
Hace un alto momentáneo y es cuando en breve entrevista, dice que antes trabajaba en una empresa y cuando renunció se dedicó a la venta de helados.
Tengo más de 20 años dedicándome a esto, de aquí he sostenido a mi familia, que son mis cuatro hijos y mi esposa, refiere este emprendedor.
-¿Dónde vive?
En Balcones al Mar, de ahí me trasladó a la empresa donde trabajo y cargo mi carrito con mercancía para venderla.
-¿Dónde acostumbra vender?
Huy, mi amigo, he recorrido todas las playas, principalmente Caleta y Caletilla, pero también recorro la playa Papagayo.
-¿Y le va bien en la venta de helados?
A veces bien, como ahorita bajo, pero en la Navidad vendí bien.
-¿Cómo le fue con la pandemia del Covid-19?
Mal, las ventas bajaron, pero ahorita las cosas ya cambiaron y mejoró la situación.
¿Qué mensaje le da a los turistas?
Que vengan a Acapulco y que disfruten del mar, que no está contaminado, el agua está limpia, que no se dejen engañar.
Después de secarse el sudor, Sergio da por terminada la entrevista y continúa con la venta de helados a los cientos de turistas que abarrotan las playas en estas f iestas decembrinas.