La ampliación del aforo de gimnasios para operar al 50 por ciento, al cambiar el semáforo epidemiológico amarillo, es “muy tarde” para poder trabajar y recuperarse económicamente, ya que durante las vacaciones decembrinas baja la afluencia de clientes.
El vocero de los propietarios de gimnasios en Acapulco, Pedro Jiménez consideró que diciembre es un mal tiempo para los espacios de entrenamiento físico, pues todos están ocupados en la compra de regalos y convivencia en el trabajo o con las familias, además de muchos salen de vacaciones en sus áreas de labores.
“Hay que esperar Enero donde hay un repunte de clientes y ojalá podamos seguir conteniendo un control de la salud y poder tener beneficios por parte del Ayuntamiento y del gobierno del estado para que podamos seguir trabajado y fomentando salud”, señaló.
El también propietario del Gimnasio Spinning J, dijo que él debido a los altos costos de las rentas tuvo que cerrar sus puertas hacer cuatro días y esperará a que esto mejore ya que en estos momentos hay mucho miedo y desinformación sobre el Covid-19.
Lamentó el tener que cerrar, luego de que con mucho esfuerzo abrió su espacio de spinning donde tuvo que invertir más de 200 mil pesos, el cual desaparecieron por tanto rezago económico.
“Hay mucho miedo y desinformación (sobre el covid -19) y eso le está afectando mucho a nuestro rubro de gimnasios y yo invito a la gente que tome conciencia, ya hay sana distancia, estamos trabajado con cubre bocas, caretas y todas las medidas sanitarias e invito a la agente que no tenga miedo y se alimente bien y hacer ejercicio es para estar mejor”.
Pedro Jimenez, estimó que de 200 gimnasios, salas de spinning, crossfit y áreas de acondicionamiento físico qué hay en Acapulco, al menos un 20 por ciento cerraron sus puertas.
“Los gimnasios ya no son negocio, hay personas que tienen empleo y están invirtiendo dinero de sus empleos para mantener su negocio y no cerrar, esperando que en Enero a partir del 20 o 21 para nosotros sea mejor y los que están, están aguantando, pero mínimo un 20 por ciento ya no abrimos porque ya no nos conviene”, precisó.
Insistió que muchos propietarios están utilizando recursos de otros empleos para poder mantener abierto sus gimnasios y poder cumplir con el pago de rentas, salarios e impuestos.